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«Los nervios son respeto al público»
La segunda final del XXXVIII Concurso de Canción Asturiana llenó la plaza Mayor | Este lunes se conocerán los ganadores y la entrega de premios, en la que se homenajeará a Maximino Solís Lada, tendrá lugar el próximo domingo
EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Domingo, 5 de agosto 2018, 02:10
«Es un público entendido, selecto. Conocemos todas sus caras porque no fallan». Afirma uno de los concursantes sobre los cientos de aficionados a la tonada que, año tras año, llenan las sillas de la plaza Mayor para asistir al Concurso de Canción Asturiana que organiza EL COMERCIO en colaboración con Divertia. Y en la edición que se clausuró ayer, la número 38, «ha habido más gente que nunca». Así lo confirma Fernando Ruiz, presentador de la gala, que ha vivido muchas desde el escenario.
Desde las seis de la tarde, guarecida del radiante sol por la sombra que proyectan los edificios, la audiencia comenzó a tomar posiciones. Algunos portaban grabadoras, otros iban dispuestos a retener con su memoria. El espectáculo comenzó con un cambio de programa: la primera en subirse al escenario fue Lucía Rodríguez Álvarez, de la categoría infantil, quien en principio iba a cantar la décima. Acompañada por la gaita de Berto Varillas, arrancó con 'Al pasar por el puerto'. Bajó contenta, como desahogada, pues la tensión por ser la primera se esfumó «de un plumazo» con los primeros aplausos.
Mientras ella cantaba, el gijonés Sergio Menéndez afinaba la voz. Cuando acabó su turno, el público demostró que, aunque exigente, no escatima en 'olés', 'grandes' y 'bravos'. «Los nervios son en el 'backstage', una vez delante del micro todo es tranquilidad», defendía Sergio Méndez Rubio, con muchas tablas pese a su corta edad. El siguiente en salir fue un veterano, José García, que ayer amenazaba, medio en broma, con dejarlo. «Llevo diez años cantando y ya estoy viejo. Para cantar hay que tener la cabeza muy puesta en ello».
Todos, público y concursantes, se conocen ya en el certamen. De ahí la familiaridad con la que se tratan. Con sinceridad, los participantes se desean 'suerte' unos a otros, se dan consejos y entre canción y canción comentan: «hay mucho nivel, está complicado». «Concéntrate, que vas ahora», incitaba María Luisa Martínez a su hija Andrea Méndez. Ambas competían, una tras otra. «Moral tengo toda y siempre lucho por estar en el podio, pero respeto mucho a los campeones que llevan años ganando. Y hasta que no te pones frente al micro no sabes cómo va a salir», decía la madre. A juzgar por los vítores, salió bien. A continuación, Guillermo Bravo hizo honor a su apellido cantando una potentísima 'Hay una línea trazada'.
Siguió el certamen atrayendo cada vez a más gente, que inundó los soportales de la plaza Mayor para escuchar a la cántabra Marta Martínez. Con Lorena Corripio, el auditorio estalló. Para entenderlo no hay más que saber que lleva ocho años consecutivos ganando el certamen, aunque, prudente, insistía en que «yo vengo a cantar lo mejor que pueda: todos subimos con esa ilusión. El puesto lo decidirá el jurado». Antes de salir, Manuel Roza asentía y añadía: «los nervios que sentimos no son más que respeto hacia el público y ganas de hacerlo bien». Lo que intentaron Esteban Verdeja -uno de los favoritos de la categoría masculina- y Alba Bravo al clausurar el concurso.
Mañana EL COMERCIO publicará los ganadores. La entrega de premios será el próximo domingo, en la plaza Mayor, en un acto en el que se homenajeará a Maximino Solís Lada.