Chasco en la plaza Mayor de Gijón al no escucharse las campanadas por Año Nuevo
Decenas de personas se congregaron delante del Ayuntamiento pese a no haber fiesta oficial
2023 no empezó a ritmo de campanadas como esperaban muchos de los que esta medianoche se acercaron hasta la plaza Mayor gijonesa. Haberlas hubo, pero con un volumen tan bajo que no pudieron escucharse por los asistentes. El protocolo del Ayuntamiento erró en su falta de previsión y provocó la indignación de cuantos se congregaron frente a la casa consistorial.
¿Por qué apenas se escucharon las campanadas este año cuando otros años sí? La clave pasar porque otros años hubo una fiesta para recibir el Año Nuevo organizada por Divertia. Ese pack incluía las propias campanadas, o sea, un dispositivo con megafonía, una persona responsable para que todo funcionase a la perfección. Para despedir 2022, no se organizó ninguna fiesta, aunque la gerente de Divertia Lara Martínez el pasado 28 de noviembre en EL COMERCIO garantizó que «la de que habría campanadas y hostelería abierta». A pesar de ello, desde el mismo momento en el que Divertia no organizaba la fiesta, el hecho de que sonasen las campanadas dejaba de ser responsabilidad de la empresa municipal y pasa a recaer directamente en el Ayuntamiento.
Por confiarse, por no hacer pruebas o por lo que fuese, la cuestión es que no hubo una previsión sobre que no es lo mismo un reloj sonando sin nadie en la plaza Mayor, a hacerlo con decenas de personas con cotillón y ganas de fiesta. O sea, ese ambiente festivo unido a un muy bajo volumen de las campanas fue la combinación explosiva transformada en frustración y quejas entre los asistentes.
«Fue un chasco», no dejaban de repetir. «Muchos nos quedamos con las uvas en la mano», se quejaban las familias Fernández Sendín y López Melero que se desplazaron hasta la plaza Mayor para recibir el Año Nuevo.
«Gijón seguramente ha sido la única ciudad española en la que no han tocado las campanadas», lamentaban otros asistentes, con el cava aún sin abrir y habiendo tomado «las uvas con retraso ya que cuando nos dimos cuenta de que no había campanadas ya eran más de las doce. Muy mal».
Pese a todo, los asistentes en la plaza Mayor demostraron espirítu festivo por encima de todo, haciéndose selfies y enviando felicitaciones a amigos y familiares de fuera de la ciudad. «Una pena que ya no haya sido con las campanadas, esperemos que esto no vuelva a ocurrir en 2024».
A partir de las doce y media de la noche, la zona central de la plaza Mayor se fue vaciando y la fiesta, ahora sí, se desplazó a hacer botellón a los soportales.
Tres detenidos y dos incendios
La policía Local de Gijón detuvo a dos conductores durante la Nochevieja por sobrepasar los límites de alcoholemia permitidos al volante. A primera hora de esta mañana, se produjo otra detención en la calle Fernández Vallín, después de que una patrulla se dirigiese a un grupo de personas cuya actitud podía suponer molestias para el vecindario. Uno de los integrantes del grupo se encaró con los agentes en actitud agresiva, mientras era jaleado por algunos de sus acompañantes. El incidente se saldó con la detención del primero por resistencia a la autoridad y altercado público y con otras seis denuncias por conductas contra la Ley Orgánica de Protección Ciudadana.
Además, los Bomberos extinguieron dos incendios. Uno de ellos, en la tarde del sábado, al arder unos tocones en la calle José María Martínez durante una quema controlada, y el otro, pasadas las 3,45 de la madrugada, cuando ardía un coche en el exterior de las instalaciones de desguaces Cañamina.
Los bomberos tuvieron también que acceder a dos viviendas a través de las ventanas para socorrer a dos mujeres que habían sufrido caídas en sus correspondientes domicilios, ambas de madrugada. La primera de ellas, en un cuarto piso de la calle Santa Eulalia, 14 y en la segunda en un quinto de la calle Manso, 22.