«Nunca hay que luchar contra la corriente, hay que dejarse llevar»

Ni con la mar en calma la corriente de San Pedro desaparece. Los habituales de las primeras escaleras de la playa de San Lorenzo conocen de los peligros que pueden entrañar los flujos de agua que circulan en paralelo al pedrero, bordeando la iglesia y la escalera 0, conocida como 'la Cantábrica', la zona en la que la que el sábado fueron rescatados ilesos dos surferos y en la que en junio falleció un bañista de 19 años.

Flor Palacio, jefa de Salvamento de Playas del Ayuntamiento de Gijón, explica que se trata de una de las «corrientes de salida de playa, cuanto más grande esté la mar, más volumen de agua llega y más fuerte es la corriente que devuelve el agua al mar». Así estaba cuando se produjeron estos dos incidentes, uno con nefastas consecuencias: marea alta y marejada, tanto el sábado como el fatídico día en el que perdió la vida un joven y a punto estuvo de tener el mismo desenlace su novia, que pudo ser rescatada in extremis.

La jefa de Salvamento afirma que «nunca hay que luchar directamente contra la corriente, lo único que conseguiremos es agotarnos físicamente». Su recomendación como experta pasa por «mantener la calma, nadar en paralelo a la playa en dirección a la rompiente, aunque nos adentremos más en el mar y si se está cansado, intentar flotar». Se trata, pues, de dejarse llevar por la corriente para luego bordearla y nadar hacia la orilla.

«Hay que tener una gran prudencia al entrar al agua. Es importante conocer el estado de la mar, las condiciones de la playa en la que nos vamos a adentrar y, muy importante, nuestras limitación personales», añade.

En ese mismo sentido se pronuncia Marisa Montero, una gran nadadora que cada día sale con un grupo de compañeros desde la 'rampla' y rodea el cerro de Santa Catalina. Lo hacen todos los días del año, desafiando a la lluvia y a las malas condiciones de la mar. «Hay que tener mucho cuidado y conocer la zona, la corriente de San Pedro es de salida y hay que evitarla todo lo que se pueda bordeándola, sobre todo en marea alta que es cuando más agua y fuerza lleva».

«Te saca hacia fuera, bordeando el Club de Regatas, te puede incluso llevar hasta la zona del Cerro», comenta. Lo básico, dice, «es no luchar contra ella, hay que dejarse llevar, bordearla y salir por otra escalera, nosotros casi siempre que volvemos salimos a la arena entre la escalera 3 y la Escalerona, bordeándola, porque volver por la zona de la rampa a contracorriente es mucho peor».

El principal problema, considera, es «cuando durante el verano la gente ve que el agua está aparentemente como una balsa, se mete sin saber que hay corrientes y les empujan hacia las rocas. Hay que tener mucho cuidado porque no es ninguna broma», dice esta veterana que cada día sale con la corriente y vuelve esquivándola.