Once kilómetros de vías que cambiarán Gijón

Aunque la estación intermodal se ha convertido en el principal objeto de controversia política, por lo que implicaría para su entorno más próximo ubicarla junto al Museo del Ferrocarril -como marca el convenio de 2019- o en la zona de Moreda -como plantea como primera opción el nuevo borrador, a la espera de las conclusiones definitivas del estudio informativo-, el proyecto de integración ferroviaria tiene un alcance global que modificará todas las comunicaciones entre el oeste, el centro y el este de la ciudad. Y las de Gijón con el resto de Asturias.

Cuando los trenes no solo lleguen a la futura estación, sino que además puedan circular por el túnel que desde hace tres lustros recorre las entrañas de Gijón, supondrán la forma más cómoda para desplazarse por ejemplo desde La Calzada hasta la Plaza de Europa, pero también para ir desde La Arena hasta Oviedo. Los socios del Sporting que vivan en Avilés, Candás o Langreo podrán llegar hasta la estación de El Bibio, a apenas 600 metros de El Molinón, haciendo un único transbordo en la estación intermodal. Y los que lleguen desde Mieres u Oviedo, bien para ir al fútbol o a un concierto en la plaza de toros reconvertida en pabellón multiusos, ni siquiera tendrían que cambiar de tren. Más adelante, cuando se complete la prolongación del túnel hasta Cabueñes, y si las frecuencias son las adecuadas, el metrotrén también sería el mejor modo de conectar desde cualquier punto de Gijón, e incluso del centro de Asturias con el hospital, el campus universitario, la Universidad Laboral, el Parque Científico y Tecnológico e incluso su futura ampliación en la Pecuaria.

Siete estaciones formarán el trazado ferroviario urbano de Gijón: La Calzada, estación intermodal, Plaza de Europa, El Bibio, Justo del Castillo, campus univesitario y Hospital de Cabueñes. Porque, si se cumple el compromiso de supresión del 'tridente ferroviario', las vías de ancho métrico de las líneas Gijón-Laviana y Gijón-Cudillero discurrirán desde su paso frente a Arcelor pegadas a las de ancho ibérico (Cercanías y largo recorrido), por lo que desaparecerán los apeaderos de Tremañes. Pero la intención es que este entramado de vías no funcione como una infraestructura independiente, sino interrelacionada con otros medios de transporte.

La estación intermodal será el principal punto de conexión entre trenes y autobuses, pues será ahí donde comiencen y concluyan los trayectos interurbanos que conectan Gijón con el resto de Asturias y de España. Pero la aspiración es que todas las paradas del metrotrén funcionen como intercambiadores, fórmula que en un plazo máximo de dos años se pretende poner ya en marcha en la estación de La Calzada, acercando a ella las líneas de EMTUSA y otros servicios como el de taxi y las bicicletas de préstamo públicas. La empresa municipal de transportes, de hecho, prevé adecuar en el futuro toda su red a la entrada en servicio del túnel, no solo habilitando paradas junto a todas las del tren, sino incluso modificando sus recorridos para que sean complementarios al mismo y no reiterativos. La estación de Plaza de Europa, por su céntrica ubicación y porque por allí pasan ya nueve líneas de EMTUSA, podría convertirse a través de los autobuses urbanos en uno de los principales puntos de conexión del metrotrén con El Llano y los barrios del distrito sur.

Pero la intermodalidad también está encaminada a liberar de coches el centro, en una ciudad donde para entonces ya habrá restricciones de acceso para los vehículos más contaminantes y en barrios como La Calzada, Cimavilla, El Coto y El Llano se avanzará en fórmulas de semipeatonalización con la creación de 'ecomanzanas'. Por eso, en las estaciones situadas a los ambos extremos del trazado urbano, como la de La Calzada y Justo del Castillo, se planea además la construcción de aparcamientos disuasorios, de modo que quien llega a la ciudad deje ahí su vehículo y continúe su recorrido en el tren subterráneo.

El metrotrén no solo acortará distancias en tiempos de viaje. También lo hará de forma tangible, a través de un cambio de la fisionomía de la ciudad que se prolongará desde el 'solarón' hasta Tremañes. Los jardines del Tren de la Libertad y los terrenos que permanecen vallados entre el Museo del Ferrocarril y la estación de Sanz Crespo albergarán un nuevo entramado de calles y edificios que el Ayuntamiento promete no obstante que será «más verde y sostenible» que la propuesta que se puso sobre la mesa hace casi dos décadas, renunciando por ejemplo a levantar torres de hasta 30 plantas. Las vías de tren quedarán ocultas hasta Príncipe de Asturias (las de Cercanías, hasta Bertol Brecht) y sobre la estación habrá una cubierta transitable que permitirá pasar desde un parque de Moreda ampliado hasta la avenida de Portugal. También se recuperará el acceso a la ciudad por Sanz Crespo, vía que tendrá un aspecto más urbano que cuando se desamanteló para construir la estación intermodal y en torno a la que han surgido equipamientos como el Palacio de Justicia y la futura comisaría de la Policía Local.

Cuando además se construya la nueva carretera de circunvalación para acceder a El Musel por Jove, Príncipe de Asturias quedará liberada de tráfico pesado y podrá adecuarse como un boulevard con características urbanas que mejorará la relación de La Calzada con Nuevo Gijón y El Polígono. A largo plazo la eliminación de las vías de ancho métrico también generará nuevas calles en Tremañes y facilitará su crecimiento urbano hacia la 'Y', que el Plan General de Ordenación ya prevé convertir en su último tramo en «una avenida urbana» a través de la cual la zona oeste quedaría conectada con los barrios del sur a través de Dolores Ibárruri.