Los oricios se disparan a los 22 euros para abrir boca
Gijón inicia la temporada, cada vez más temprana, con un nuevo alza de precios respecto a 2023, cuando arrancaron entre 18 y 20 euros
Gijón renovó hoy su atávico romance con los oricios con alguna presencia testimonial en las pescaderías. Cada vez vuelven antes, cada vez más caros, cada vez, por su anticipo, con menos gónadas para abrir boca, pero los gijoneses mantienen la fidelidad a este bocado de mar tan identitario. EL COMERCIO pudo ver una caja de reclamo en el barrio de La Arena en la popular pescadería El Molinón. A 21.90 euros el kilo, más bien pequeños y con una etiqueta de reclamo: 'Oricios de Galicia'. ¿Están buenos? «Claro que sí». ¿Son los primeros? «Bueno, la semana pasada ya nos llegó otra caja».
Antes los oricios se consumían cuando llegaba el crudo invierno, en especial entre diciembre y febrero, cuando azotaba un frío de mil demonios. Ahora eso es historia. Ayer, con los termómetros encaramados a los 20 grados, pese a la lluvia, los oricios ya formaban parte, siquiera testimonialmente, de la oferta gastronómica. Dos veces los han tenido en El Molinón y una en Los Playos, puesto incondicional del oricio en el Mercado del Sur. «Es demasiado pronto. Traje algo la semana pasada pero están al 30 o 40% de carga», confesaba Pedro Fernández. En Galicia se abrió la veda el 1 de octubre en la zona sur y el 14 en la zona de Finisterre. Pero lo dicho, uno de los oricieros más veteranos prefiere esperar un poco.
La temporada de hecho arrancó el año pasado mediado noviembre. Entonces EL COMERCIO testó precios entre los 18 y los 20 euros en tres pescaderías. El precio de ayer, aunque sea de un solo caso, se dispara a los 21,90. La competencia francesa y japonesa no cesa y ese bicho lleno de púas que se vendía a paladas por unas monedas frente a la Antigua Pescadería es ahora un auténtico artículo de lujo, máxime cuando, a diferencia de un buen pescado, la compra entraña una incógnita pues hasta que no se parte su cáscara no se sabrá en qué estado se hallan sus gónadas, sin pista alguna exterior, por mucho que se consulte. Los oricios han vuelto. Adelantados, mucho; caros, carísimos. «Acostumbraros de una vez; aquellos tiempos no volverán», insiste Pedro.
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