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Hace exactamente diez años, en mayo de 2015, que el Papa Francisco lo expulsaba de la Iglesia por «la grave conducta inmoral contra el sexto ... mandamiento del Decálogo y el abuso de menores según las normas canónicas vigentes (menos de 18 años)». Fue una drástica decisión del Santo Padre, «irrevocable e inapelable», que acababa con cinco lustros de sacerdocio de Jesús María Menéndez, conocido entonces, y ahora, como el 'padre Chus'.
Se veía obligado a dejar su parroquia de Castiello de la Marina, para aflicción de muchos feligreses, quienes le despidieron entre aplausos tras su última eucaristía, y comenzaba un periplo judicial que a día de hoy continúa. Con él en la calle y haciendo casi la misma vida. Cuentan sus allegados que sigue incluso dando misa y confesando en su casa, en su piso de la calle Donato Argüelles, donde supuestamente han ocurrido los hechos delictivos de los que ha sido acusado. Y por los que a día de hoy no tiene ninguna condena firme.
Hasta tres procedimientos se han abierto contra él. El primero, por el que fue desterrado del Estado Vaticano, quedó archivado debido a que en la fase de instrucción no se encontraron pruebas concluyentes para sustentar su acusación. Por ese entonces él ya alegaba que se trataba de una persecución personal del arzobispo, Jesús Sanz Montes. «Solo ayudo a la gente que lo necesita, mi casa está abierta a todo aquel que quiera venir», mantuvo y mantiene ahora. Pero lo cierto es que por esas puertas la inmensa mayoría de los que entran son jóvenes, muchos de ellos menores y muchos de ellos sin arraigo familiar en Asturias.
En 2021, tras meses de investigación, vigilancias y pinchazos telefónicos, era detenido por un presunto delito de corrupción de menores y otro de tráfico de drogas. A petición de la fiscalía, la jueza instructora lo enviaba a prisión preventiva durante cuatro meses, el tiempo en el que se prolongaron las declaraciones de las presuntas víctimas: quince chicos que manifestaron que el 'padre Chus' les había ofrecido droga a cambio de sexo.
Son precisamente esos testigos protegidos los que han motivado ahora que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) haya anulado la sentencia de diez años de prisión a los que fue condenado tras el juicio. El tribunal ha aceptado el recurso del exsacerdote y pide que la Audiencia se pronuncie sobre la posibilidad de levantar la protección a las presuntas víctimas. De aceptar, deberá repetirse el juicio para que el abogado del acusado pueda interrogarles. Esa resolución llegó apenas unas semanas después de que fuese objeto de un nuevo arresto por tratar de besar a un menor. Los mismos cargos. Por este caso más reciente está aún pendiente de declarar en el juzgado.
Entre un episodio y otro ya había vuelto a pasar por el juzgado. Pero en esa ocasión como víctima. Fue a raíz de que en 2022 a punto estuviera de morir al ser apuñalado en el cuello por uno de esas personas que frecuentan su domicilio, un joven marroquí que, según relató en el juicio, acudió para que «el 'padre Chus le diese algo de comer porque se me había pasado la hora de la Cocina Económica». «Le apuñalé en un arrebato porque le dije que iba a hacerme unos huevos y el 'padre Chus' me contestó que si quería huevos ahí tenía los suyos», relató.
¿Ángel o demonio? En las opiniones sobre el 'padre Chus' no hay escala de grises. Cuenta con muchos detractores, pero también con defensores que se mantienen en que «pese a todo lo que ha pasado y de lo que le han acusado, no tiene ninguna condena».
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