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Papá Noel se cuela por sorpresa en Gijón en el Hospital de Cabueñes
Entró por una ventana con la ayuda del cuerpo de bomberos para repartir caramelos y regalos en Pediatría y Neonatología
Sonaban las sirenas y se aproximaba un camión de bomberos, pero por una vez no se trataba de ninguna emergencia. O sí, dependiendo de cómo se mire. Subido al camión del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios y después de cinco años sin aparecer por allí –desde que estalló la pandemia–, Papá Noel se coló ayer por la ventana en el Hospital de Cabueñes para visitar a los niños ingresados en las plantas de Pediatría y Neonatología.
Todo ello gracias a la colaboración de los bomberos, que desplegaron sus recursos y le prestaron una de sus escaleras para que trepase hasta la ventana. Uno a uno, hasta quince, Papá Noel fue repartiendo a los pequeños pacientes caramelos y regalos adaptados a su edad. «En Neonatos teníamos cinco bebés, pero como son tan chiquitinos los regalos fueron cosas para bebés de entre tres y seis meses», comentó Andrea Cuesta, supervisora de Pediatría y Neonatología en Cabueñes. «Ellos son muy pequeños, pero los padres estaban muy emocionados».
También hizo felices a los menores de dos años, a los que agasajó con numerosos regalos, y al grupo de 'los mayores' (entre cuatro y ocho años), a los que entregó un 'pop it' de luces y un libro de animales con los que «quedaron encantados» para rematar una jornada en la que acababan de recibir el alta. «Fue un detallazo, se involucraron mucho y vinieron con un elfo que también era mago, así que hicieron juegos de magia y luego los niños se pusieron la ropa de los bomberos, probándose sus cascos e interesándose por su trabajo», relató Cuesta, que «por el hospital y por mis niños hago lo que sea».
Pero no solo ellos lo disfrutaron. «Los bomberos iban felices, Papá Noel estaba muy contento de poder volver a visitar a los niños y nosotros, los mayores, también lo disfrutamos mucho. Por lo menos fue algo distinto de lo que suele ser habitual», celebró.