Los partidos expresan su decepción y los vecinos, dispuestos a movilizarse

A pesar de ser del mismo signo político que el ministro de Transportes, tampoco está contento Monchu García, secretario general de la Agrupación Socialista de Gijón. Explica que «pensar tres décadas para tomar una decisión que ya en aquel momento los vecinos descartaron porque no se veía adecuada, no parece que sea el camino y no es, desde luego, para estar satisfechos». Añade que, a falta de conocer el proyecto en detalle, «no se puede pedir a los vecinos de la zona oeste un sacrificio a mayores. No es este el camino, no parece».

El portavoz de IU, Javier Suárez Llana, recuerda que ya van más de 20 años con este proyecto sobre la mesa y «cuando llega el momento de la adjudicación, el ministerio nos cuenta que el soterramiento no es viable y que hay que volver a empezar desde cero». Ante esta situación, se pregunta si «¿todavía se extrañan de la crisis de credibilidad de las instituciones? ¿A qué ministerio nos creemos, al de 2023 que licitó las obras, o al de 2024, que dice que no son viables». Suárez Llana cree que «alguien debe asumir responsabilidades» por lo que llama el «enésimo incumplimiento del Ministerio de Transportes con Gijón», pero añade que construir el vial de Jove en superficie «lo que hace es trasladar el problema de la contaminación y el ruido de Príncipe de Asturias a Jove, creando una barrera entre la zona urbana y la periurbana».

También hace referencia a que, según el ministerio, no se acabará con el tráfico de camiones por La Calzada: «¿Veinte años para esto?». Por eso, Suárez Llana indica que se ha de convocar con urgencia la junta de portavoces del Ayuntamiento «para explicarnos en detalle la reunión y articular una respuesta conjunta de ciudad. Necesitamos unidad de acción, política y social, para reivindicar no solo el vial de Jove, sino el resto de infraestructuras pendientes».

Tampoco está de acuerdo con lo que sucede la portavoz de Podemos, Olaya Suárez, quien piensa que la nueva propuesta del ministerio «no soluciona nada: es un despropósito, es absolutamente inaceptable y Gijón tiene que plantarse. ¿Nos sirve de algo que los camiones dejen de pasar en superficie entre La Calzada y El Natahoyo para pasar a circular en superficie entre La Calzada y Jove?», se pregunta. También tiene duras palabras contra los socialistas, pues en sus promesas ante las últimas elecciones «¿no sabían que había viviendas en los alrededores?». Su conclusión es que el ministerio «se ríe de los vecinos del oeste de Gijón día sí y día también. Por eso, vamos a reclamar a la alcaldesa que convoque de inmediato el Consejo Social».

La portavoz de Vox, Sara Álvarez Rouco, habla de «descaro» del ministerio y que el hecho de que no acudiera el ministro a la reunión de ayer «no iba a traer nada bueno». Cree que añadir a la operación el tramo Lloreda-Veriña y la reforma de Príncipe de Asturias es «un juego de triles al más puro estilo socialista». Los problemas detectados en el proyecto por el ministerio son, según Álvarez Rouco, «una broma macabra», por lo que pide al equipo de gobierno que «exija diligencia y transparencia y que el Gobierno del Principado se deje de tapar los desmanes de sus jefes de Madrid y que actúe coordinadamente con Gijón para sacar a la ciudad de este pantanal en el que el PSOE ha convertido el déficit sangrante de infraestructuras que padecemos».

Quien también habla de «tomadura de pelo» es el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), Manuel Cañete, ya que el proyecto presentado en su día, con presupuesto y modelo de inversión, «nos enteramos que ni era factible ni hay eses perres». Su conclusión es clara: «Parece increíble, pero esto ya no admite un pase más. Nos están diciendo a los vecinos que salgamos a la calle de una vez por todas». Y apostilla: «Vamos a pedir al equipo de gobierno y los partidos políticos que estén a la altura, que haya una respuesta contundente de la ciudadanía y vamos a estar ahí».

Cañete critica que una de las excusas para no hacer el vial subterráneo es que no podrían circular los camiones con mercancías peligrosas. «Parece que no importa que vayan por la vía en superficie, pegado a la ciudad. Si el problema era meterlo bajo tierra, ya saben lo que tienen que hacer, desviar los tráficos por otros sitios y ponerse manos a la obra para cumplir con Gijón», apuntó.