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Edificio 'art deco' en cuyos bajos se ubicó el Banco Vizcaya en 1946. Derecha, Hotel América con el Café Oriental en la planta baja hasta 1979.
De Somió a Cimadevilla

La plaza de Italia (II)

En los años 70 experimenta una notable transformación

Janel Cuesta

Gijón

Lunes, 15 de septiembre 2025, 02:00

El 'Gijón Soñado' que pretendía llevar a cabo Avelino González Mallada en el caso concreto de la plaza de Italia comenzó a gestarse a partir de 1940 cuando ya era alcalde Paulino Vigón Cortés. Una vez urbanizado el entorno, aunque con las paredes de los edificios derribados llenas de anuncios publicitarios y media docena de taxistas, el armador de buques José Bengoeche fue el primero en encargar un proyecto al arquitecto Mariano Marín de la Viña en 1942 para construir un edificio 'art deco' con seis pisos, dos de ellos para su propia familia; otro para Víctor Cueto Felgueroso, un tercero para la familia de Juan Huidobro, el primero para el consulado de Panamá, y en los bajos abrió la primera sucursal en Asturias el Banco de Vizcaya en 1946 bajo la dirección de Ramón de la Mar y Silva. Ello supuso un cambio de imagen para esta plaza que pronto contó con un nuevo edificio entre las calles de Ruperto Velasco y Salustio Regueral en cuyos bajos se estableció Seguros La Paternal, donde inició su andadura profesional el que luego, además de un acreditado agente de seguros, Agustín Antuña, haría historia como el único gijonés que llegó a formar parte de la Academia Olímpica.

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Mientras, en la acera de enfrente, el Saboy Hotel pasaba a ser el Hotel Saboya por norma legal; haciendo esquina con La Casilla estaba Fonda La Idea y el Bar Americano, y en la otra, haciendo esquina con Trinidad, ahora Corrida, Calzados Segarra, donde compraban todas las familias trabajadoras de Gijón y cada invierno José María Fernández 'El Ponticu', gran promotor de la Universidad Laboral, financiaba de su bolsillo un centenar de zapatos para los niños del Hogar de San José que tutelaba el reverendo Padre Máximo González, a quien justamente recuerda una plaza con su nombre en El Natahoyo.

Camisería Manolín

En la otra esquina, entre Salustio Regueral y Corrida 4, el edificio proyectado por Manuel del Busto abre el comercio de moda femenina Selección al lado de la Camisería Manolín y la Sala de Arte Labra, regentada por José Luis García Guerrero, mientras que con vistas a la plaza de Italia, entre las calles Teruel, Horno y Salustio Regueral, donde estuvo el bar Las dos esquinas, también en la década de los 40, Construcciones Cadavieco levanta un edificio para el industrial Luis Puebla, y en el bajo se instala la Peña Motorista de Asturias, que presidia Jesús Atorrasagasti.

Fue en los años 50 y 60 del pasado siglo la plaza de Italia un lugar elegido para los conciertos dominicales de la Banda de Música Municipal que dirigía el maestro Baldomero Álvarez Céspedes, donde el 'todo Gijón' acudía, porque es digno de mención que aquella banda contaba con grandes músicos y las interpretaciones de los solistas gozaban del aplauso del público que llenaba la plaza. Otro tanto acontecía las noches del verano con las verbenas que se celebraban entre los Jardines de la Reina y la calle Corrida, con la plaza de Italia como centro festivo donde, entre otras, actuaba la Orquesta Rialto dirigida por el maestro Antuña, y el cantante gijonés más famoso de la época Marino Cifuentes (con mención especial para el barítono Antonio Medio), estrenaba el popular bolero: «Gijón del Cantábrico bravío / el que en ti haya nacido / y en tu suelo ha vivido / jamás te podrá olvidar...».

En los años 70 esta plaza vive una importante transformación. Ya contaba con la Cafetería Yuste, y el Hotel Saratoga en las plantas superiores, haciendo esquina con la calle Corrida y es cuando en 1971 el Banco de Vizcaya se traslada a la plaza del Seis de agosto, y al año siguiente ocupa su lugar el Banco Popular Español, que permanecería hasta 1983.

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En el espacio que había ocupado Seguros La Paternal, en dos fincas de Fernanda Prendes-Pando y Ruiz Gómez (1973) y María del Carmen Fátima Rodríguez González (1976), la promotora González y Rimada, S. A. levanta un edificio de siete pisos entre Salustio Regueral y Ruperto Velasco, en cuyos bajos abre sus oficinas el banco portugués Espíritu Santo, y justo enfrente donde estuvo Calzados Segarra y el Hotel Saboya es derribada toda la manzana hasta los Jardines de la Reina, y la recién creada Inmobiliaria Plaza de Italia SA., del Grupo Constructora Los Álamos, construye un edificio de siete pisos con proyecto de los arquitectos Rubén Héctor Martínez Álvarez y José Antonio García Díaz para dedicarlos a oficinas, locales comerciales y garages, en cuyos bajos, haciendo esquina con Corrida y Trinidad (ahora Corrida), se instala el Banco Industrial del Sur, del famoso Grupo Rumasa, presidido por el controvertido José María Ruiz Mateos. El primer piso es para Seguros Catalana Occidente y en el segundo Blancos Peluqueros, que aún sigue en la actualidad, ahora con una red por toda la ciudad.

Café Oriental

Si a esta eclosión de edificios y establecimientos comerciales añadimos que tras el cierre del tradicional Café Oriental, en su lugar abre sus oficinas en 1979 el Banco de Financiación Industrial Induban, del Grupo Bancaya, bajo la dirección del gijonés Ramón Sánchez Ambás, es notorio que la plaza de Italia y su entorno llegan al final de la década de los 70 del pasado siglo como un fiel reflejo del progreso industrial y comercial que había experimentado la Villa y Puerto de Gijón.

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