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Los once alumnos del Codema que han obtenido un pleno de dieces en 2º de Bachillerato. ARNALDO GARCÍA

Pleno de dieces en el curso de la pandemia

Hubo que adaptarse a las clases 'online' y poner a prueba la fuerza de voluntad. 69 gijoneses lograron la nota más alta en todas las asignaturas

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Domingo, 14 de junio 2020, 01:45

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No importa el centro. Hay algo en lo que coinciden todos los docentes: «Son una promoción excepcional, tanto en lo académico como en lo humano». De lo primero queda constancia en sus respectivos expedientes: un pleno de dieces en segundo de Bachillerato. Un total de 69 alumnos de doce centros públicos y cinco privados de Gijón han alcanzado la excelencia obteniendo la más alta calificación en todas las asignaturas del último año antes de su ingreso en la Universidad. Lo han logrado en un curso que, ya de entrada, sabían que iba a ser «muy complicado». Pero no imaginaban que sería, además, accidentado.

El decreto del estado de alarma por la pandemia del nuevo coronavirus, el pasado marzo, supuso «un parón», un cambio de escenario al que tuvieron que adaptarse todos, docentes y alumnos. «No estábamos preparados ni ellos ni nosotros. Fue un cambio radical», considera Covadonga Mitre, una de las mejores de su promoción en el IES Calderón de la Barca y que sueña con ser médico «desde que tengo memoria». Como «el apocalipsis a nivel académico» lo define Samuel José García -alumno del Codema que aspira a matricularse en el doble grado de Física y Matemáticas-, pese a que «la organización del colegio y de los profesores fue de diez», apunta su compañera María Ferrer, que tiene claro que estudiará ADE y Derecho.

Arriba, la cinco matrículas de honor del IES Calderón de la Barca: Ángeles Pérez, Alejandro Álvarez, Lucía Díaz, Celia González y Covadonga Mitre. A la izquierda, María Luz Gutiérrez, Sara García, Cecilia Cora y Marta Marín. Detrás, Hugo García, Itsasne Martínez, María Alzaga y Pablo Antona, del IES Universidad Laboral; y a la derecha, Luis Álvarez, Jorge Trapiella y Paula Iglesias, de los Jesuitas. C. Santos / P. Ucha / J. C. Tuero
Imagen principal - Arriba, la cinco matrículas de honor del IES Calderón de la Barca: Ángeles Pérez, Alejandro Álvarez, Lucía Díaz, Celia González y Covadonga Mitre. A la izquierda, María Luz Gutiérrez, Sara García, Cecilia Cora y Marta Marín. Detrás, Hugo García, Itsasne Martínez, María Alzaga y Pablo Antona, del IES Universidad Laboral; y a la derecha, Luis Álvarez, Jorge Trapiella y Paula Iglesias, de los Jesuitas.
Imagen secundaria 1 - Arriba, la cinco matrículas de honor del IES Calderón de la Barca: Ángeles Pérez, Alejandro Álvarez, Lucía Díaz, Celia González y Covadonga Mitre. A la izquierda, María Luz Gutiérrez, Sara García, Cecilia Cora y Marta Marín. Detrás, Hugo García, Itsasne Martínez, María Alzaga y Pablo Antona, del IES Universidad Laboral; y a la derecha, Luis Álvarez, Jorge Trapiella y Paula Iglesias, de los Jesuitas.
Imagen secundaria 2 - Arriba, la cinco matrículas de honor del IES Calderón de la Barca: Ángeles Pérez, Alejandro Álvarez, Lucía Díaz, Celia González y Covadonga Mitre. A la izquierda, María Luz Gutiérrez, Sara García, Cecilia Cora y Marta Marín. Detrás, Hugo García, Itsasne Martínez, María Alzaga y Pablo Antona, del IES Universidad Laboral; y a la derecha, Luis Álvarez, Jorge Trapiella y Paula Iglesias, de los Jesuitas.

Tareas sin materiales

Las clases on line sustituyeron a las presenciales; los trabajos y ejercicios, a los exámenes de la tercera evaluación. Con el condicionante de que, a veces, «nos pedían tareas para las que necesitábamos materiales que no podíamos conseguir porque estaba todo cerrado», relata María Luz Gutiérrez, una de las dos alumnas del Bachillerato Artístico del IES Universidad Laboral con mejor expediente.

La situación derivada de la pandemia «tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas», reflexiona Cecilia Cora, también del IES Universidad Laboral. Así que, como nunca antes, el alumnado tuvo que poner a prueba su fuerza de voluntad y sus dotes de organización. A Johanna Pérez, del IES Rosario Acuña, le costó: «La concentración no es la misma en casa que en clase». Sin embargo, al también alumno de este centro Diego Larrea le resultó de lo más llevadero: «Estos dos meses han sido los mejores de mi vida», afirma convencido este joven que espera matricularse en Física.

El coronavirus ha tenido una consecuencia añadida en las vidas académicas de todos los alumnos de 2º de Bachillerato. El aplazamiento de las pruebas de acceso a la Universidad, que al final harán tres semanas más tarde de lo previsto, les da más tiempo para preparar la EBAU. Para repasar materias y aclarar dudas, la mayoría han vuelto estos días a sus institutos y colegios. «Las explicaciones cara a cara ayudan mucho más», agradece Sara Pidal, del Codema.

David Jeremías, Diego Sánchez, Johanna Pérez y Diego Larrea, alumnnos del IES Rosario Acuña. Arnaldo García

Además, entienden que la EBAU de este año tendrá menos dificultad en la medida en que contarán con más opciones de respuesta y «podrás sacar la máxima nota llevando preparado solo el temario que vimos mientras duraron las clases presenciales», comenta Sergio Trelles, uno de los cinco mejores expedientes del Colegio La Corolla que aguardará a conocer la nota media de la EBAU y el Bachillerato para decidir qué estudiar.

Los mejores alumnos del IES Universidad Laboral encuentran, no obstante, que esta circunstancia puede jugar en contra de sus intereses: «Nos han dado facilidades, pero si se las dan a todos, al final no se las dan a nadie». Y temen que lo que se consiga finalmente es «que suban las notas del examen y también las notas de corte para acceder a determinadas carreras. En ese sentido, estamos un poco perdidos», confiesa Marta Marín, a la que le gustaría entrar en Medicina.

Inés Somoza, Enrique Hilanderas, Carlota Tielve, Sergio Trelles y Lucía García, ante el Colegio La Corolla. Damián Arienza

Importante esfuerzo

Quien aún no ha tomado la decisión de qué carrera elegir, aunque no tendrá problemas con un pleno de dieces en su boletín de notas, es Inés Gontán, alumna del IES Padre Feijoo, que decidió cambiar el Bachillerato Científico que cursó el año pasado por el de Humanidades «al ver los grados a los que podía acceder».

En el instituto de La Calzada destacan también el esfuerzo realizado por una alumna del Bachillerato nocturno que ha vivido circunstancias personales difíciles, trabaja todas las mañanas y estuvo enferma durante la cuarentena y aún así ha hecho lo imposible por llevar al día los estudios, logrando una media de 9,8 en este último curso. Para ella ha sido una de las matrículas de honor.

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