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El interior del pabellón, con algunos de los camastros repartidos por la pista. DAMIÁN ARIENZA

«Lo que no puede ser es que haya gente andando por la calle en esas condiciones»

Los vecinos de Ceares piden más vigilancia para los usuarios conflictivos de La Tejerona. «Salimos a comprar igual que todos», defienden estos

P. SUÁREZ

gijón.

Jueves, 23 de abril 2020, 00:19

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El día que el Gobierno decretó el confinamiento de los ciudadanos en sus casas, fueron muchos los que se vieron sin una vivienda en la que refugiarse del coronavirus. Para protegerlos y minimizar así la propagación del virus, el Principado, en colaboración con Cruz Roja, habilitó en pabellón de La Tejerona un espacio donde los usuarios pudieran dormir y comer hasta que la situación volviese a la normalidad. Desde entonces, la improvisada instalación ha sido foco de descontento por parte de los vecinos de la zona, quienes denuncian constantes peleas y actitudes irresponsables, obligando a la Policía Local a reforzar la vigilancia del recinto. «Sabemos que en algún lado tienen que estar, pero en las mismas condiciones que lo estamos todos. ¿Por qué ellos sí pueden salir?», cuestionaba ayer Pilar Ruiloba, vicepresidenta de la asociación de vecinos de Ceares.

Desde el colectivo se muestran comprensivos con la necesidad de reubicar a las personas sin recursos, aunque no ocultan que preferirían que hubiera sido en otra zona de la ciudad. «Nos tocó a nosotros y es lo que hay, pero lo que no puede ser es que algunos, porque tampoco queremos generalizar, anden por la calle en las condiciones que andan», insisten. La cifra de personas refugiadas en el polideportivo no es pública, aunque se calcula que supera el centenar. Conscientes del descontento que levanta su presencia, algunos tratan de defenderse y marcar diferencias con aquellos usuarios más conflictivos. «Los vecinos se quejan de que tenemos zona de esparcimiento, pero tenemos un patio que no es ni la cuarta parte de un parque y cuando salimos, la mayoría lo hacemos para comprar», defiende uno de ellos, quien se muestra agradecido por la ayuda recibida. «Para mí, la Cruz Roja es lo más parecido a la religión que profeso». «La verdad es que es una situación que nadie quiere para uno», resume Ruiloba.

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