«Quiero que el partido tenga una sede de puertas abiertas, no un búnker»
«En el PP es un error hablar de corrientes. Lo que hay son épocas. Tenemos mucha historia y a lo largo de los años hubo gente más o menos implicada en cada etapa. Se trata de integrarlas todas, pero también a gente nueva»
Con mascarilla corporativa del partido y acompañado por quien será su secretaria general, Cristina Villanueva, Pablo González (Gijón, 1970) atiende a EL COMERCIO apenas ... unos minutos después de que el comité ejecutivo regional le haya ratificado como nuevo presidente del PP de Gijón. Lo hace en La Calzada, barrio donde, destaca, durante su última etapa como concejal se implicó activamente en la campaña de comerciantes y hosteleros contra el repunte de delitos en la zona oeste.
–En su primera intervención ante la junta local pidió «coser agujeros». ¿Cómo se logra?
–Lo primero, hablando con todo el mundo. Es importante saber qué piensa y espera cada uno. Y a partir de ahí mi misión, como la de un entrenador de fútbol, es adaptar el partido a las necesidades de las personas, empezando por quienes están en la junta. Hablaré con todos y adaptaré el PPa sus necesidades. Porque esa es la manera de que lo den todo.
–¿Su equipo integra a todas las corrientes?
–En el PP es un error hablar de corrientes. Lo que hay son épocas. Tenemos mucha historia y a lo largo de los años hubo gente más o menos implicada en cada etapa. Se trata de integrarlas todas, pero también a gente nueva. Tiene que haber veteranía y además cantera. No podemos mirar todo el tiempo al pasado.
–Incorpora a Maite Menéndez y a Germán Heredia.
–Personas normales para un partido normal. Con Maite compartí grupo municipal y tengo la mejor opinión sobre ella como persna y como concejala. Y a Germán nadie le puede poner ni una coma a su trayectoria de representación comercial. Los dos tienen un buen conocimiento de la ciudad y creo que ambos perfiles enriquecen mucho el partido. Pero habrá más incorporaciones, con sorpresas muy buenas. Necesariamente tengo que rodearme de gente con la que estoy acostumbrado a trabajar, pero no solo de ellos. Y de hecho esta es una junta local que diseñó Mariano Marín.
–¿Por qué eligió a Cristina Villanueva como secretaria general?
–Por un lado, representa esa parte de renovación de la que hablo. Y por otro, por su perfil. Es economista, conoce el mundo de la empresa, es madre de familiar. y en el PP lleva seis años trabajando con una trayectoria discreta, de trabajo y de estar a disposición de sus compañeros. Ese es el perfil que hace falta.
–En la parte de la veteranía destaca Fernando Goñi...
–Está curtido en muchas batallas políticas. Y esa experiencia que acumula es fundamental para la coordinación con el grupo municipal. El partido tiene que ser el principal apoyo del grupo municipal para hacer política. Necesitamos respaldar mejor a nuestros tres concejales, y que pronto puedan ser más.
–¿Ha tenido que pagar favores al configurar este equipo?
–Ninguno. Y una de las sorpressas positivas fue que no me he encontrado a nadie reticente a integrarse y participar en la construcción de este nuevo proyecto.
–Decía Marín que a usted le gusta rodearse de su «club de fans».
–No voy a valorar lo que haya dicho. Al margen de cómo hayan sido las cosas, tengo respeto por lo que ha hecho en los últimos años y por quién fueron él y otros muchos que han sido mis compañeros en el Ayuntamiento y en el partido. Parte de ese «coser agujeros» está en reconocer lo bueno de cada uno y yo creo que Mariano Marín cuando asumió la presidencia le aportó al PP sosiego y tranquilidad. Y también se lo aportaba a sus intervenciones como concejal.
–¿Cómo notarán los afiliados el cambio de presidencia?
–De muchas maneras, pero podría resumirlas en 'más comunicación', en todos los sentidos. Tienen que estar al tanto de lo que hacen los concejales y el partido. Pero a la vez, tenemos que escucharles. Se van a crear muchos cauces de participación y me implicaré personalmente en que sea cuanto antes. Y es importante que tengamos una sede de puertas abiertas, a la que cada cual pueda ir a lo que quiera. No un búnker. También debemos cambiar nuestra cultura de organización. Aprender a competir y saber que las personas, ya sean afiliados, votantes o los gijoneses en general, no vienen a ti, sino que tienes que ser tú quien vaya a ofrecerles respuestas a sus necesidades. Y dentro del partido, debemos implantar una cultura del respeto, que será lo primero que va a cambiar.
–Menciona la sede. ¿Funcionará ya con normalidad?
–Lógicamente no será de un día para otro. A partir del lunes veremos qué material es útil, qué falta, qué hay que cambiar... Pero tiene que ser una sede atractiva. Y si se me permite la expresión, luminosa
–Marín decía que no había dinero para mantenerla abierta.
–No lo sé. Lo primero que pediré al tesorero es un informe de cómo está la situación económica del partido.
–¿Le pedirá más aportaciones al grupo municipal?
–Tengo que saber qué gastos fijos tenemos, cuánto nos cuestan los servicios, de qué dinero disponemos... Y cuando lo conozca con detalle y vea qué apoyo podemos necesitar, hablaré con Alberto (López-Asenjo) y plantearemos mutuamente lo que haya que plantear, coordinándome con él como pienso hacer casi diariamente. Eso sí por pura filosofía política, debemos optimizar los gastos y no disparar con pólvora del rey.
–¿Cómo es su relación con el portavoz municipal?
–Hasta ahora ha sido una relación normal entre compañeros. Hablábamos de temas concretos, intercambiábamos documentos y opiniones... Pero ahora tiene que ser especialmente fluida.
–¿Le gusta el trabajo que hace en la oposición?
–Los tres concejales tienen mi absoluta confianza y mi respaldo al trabajo que están haciendo. Pero estoy convencido de que ellos mismos verán que con un partido más potente, organizado y activo, con más músculo político, podrán hacer política de una manera aún más eficaz. Necesitan más apoyo del que venían recibiendo hasta ahora.
–¿Cuándo se torció su relación con Mariano Marín?
–No soy consciente de que se haya torcido. Siempre tuve una magnífica relación con él, y por eso lo de los últimos días me ha sorprendido. Pero quiero pasar página, quedarme con lo bueno.
–En su comparecencia tras dejar el PP habló de amenazas...
–Si soy sincero, no la he leído.
–Le acusó, como secretario general, de no prestarle apoyo.
–No lo sé. Lo que tengamos que decirnos lo haremos en el ámbito privado. Sí puedo decir que me da pena su baja del partido. Debería seguir vinculado al PP, aportando su experiencia. Ninguna organización tiene futuro olvidando su pasado.
–«Génova me dijo que Pablo González nunca será candidato a la Alcaldía», afirmó Marín en EL COMERCIO.
–No conozco a ese tal Génova.
–¿Entra en sus planes serlo?
–En mis planes solo está cumplir con mis obligaciones como diputado autonómico al lado de Teresa Mallada y ser presidente hasta el próximo congreso, del que debemos salir más fuertes.
–¿Y ser candidato a ese congreso?
–No está en mis planes.
–¿Solo de momento?
–Desde luego ahora no está. Lo que tengo entre manos es lo suficientemente importante, y un reto, como para pensar en nada más. Lo que sí está en mis planes es que el grupo municipal haga su papel y se convierta en una alternativa de gobierno.
–¿Qué queda de la últia gran crisis, que acabó con el cese de Pilar Pardo y con los concejales impugnando el congreso local?
–Queda mucha gente buena que tiene recelo en volver a participar en el PP. Pero me emplearé a fondo para que eso pase a la historia. Debemos ser un partido de respeto entre compañeros. Discrepancia sí, pero con respeto. Habrá que pedir perdón a quien haya que pedir perdón y hablar claro con quien haya que hablar claro.
-¿Cómo se gestaron las recogidas de firmas contra él?
–Una recogida de firmas es lo que hay contra la Ley Celáa. Ahí por pura filosofía política, debemos aplicar qué gastos fijos tenemos, cuánto nos cuestan servicios, de qué dinero disponemos… por pura filosofía, lo mismo que pedimos en lo público impuestos bajos, que donde está mejor el dinero es en el bolsillo de cada cual, en el partido es aplicar la misma filosofía, hay que optimizar los gastos, para ser útiles, pero optimizándolos, no queremos disparar con pólvora del rey.
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