El rechazo del Grupo Cárnico obliga a volver a sacar a concurso la gestión del Matadero de Gijón

Manuel del Busto, representante del Grupo Cárnico, explicó ayer a EL COMERCIO que tras los sabotajes descubiertos en la depuradora, así como en las cámaras frigoríficas y la caldera, llevaron a cabo un peritaje para valorar los daños, que ascienden a una cifra de más de 200.000 euros. Asimismo, existe un informe no oficial de los veterinarios de la Consejería de Sanidad donde se indica un listado de medidas a realizar para poder para continuar con la actividad del matadero.

A todo esto, hay que sumar que los daños causados en las instalaciones hicieron que se perdieran clientes como cadenas de supermercados e importantes mayoristas. Esta situación hizo que se encontraran «sin instalaciones y sin clientela» y, por lo tanto, la empresa no se vio capaz asumir el compromiso. «Pedimos a los distintos grupos políticos ayudas para poner esto en funcionamiento a futuro. No obtuvimos respuesta», lamenta del Busto.

Aunque sí que hablaron con Jesús Martínez Salvador, concejal de Urbanismo y portavoz del gobierno local, quien les explicó que «en estos momentos los presupuestos están cerrados. No hay dinero para invertir en este tema».

El proyecto del Grupo era modernizar el matadero haciendo salas de despiece y comercialización «para vender en Asturias y fuera de Asturias». Algo que correría a cargo de la empresa. «Hace siete meses cuando concursamos no pedíamos ninguna ayuda, pero la situación no es la misma», explicó del Busto.

La idea de volver a sacar a concurso el matadero a la empresa le parece «un farol». Del Busto explica que «en las condiciones que está ahora no va a haber nadie interesado». Desde hace más de una semana, el matadero de Gijón ha cesado su actividad y la administradora ya ha solicitado al juez de lo mercantil que autorice un ERE para despedir a los 15 trabajadores que tiene la empresa. De haber prosperado el operativo compraventa, el Grupo hubiera mantenido a dichos trabajadores.