Récord histórico de subastas de bocarte en la lonja de El Musel
La costera rozó los cuatro millones de kilos, por los que se pagaron 5,7 millones de euros, las mejores cifras jamás registradas
EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Viernes, 25 de septiembre 2020, 00:49
Adiós al bocarte. Terminada el martes al mediodía la cuota de esta especie, que lleva desde el pasado abril protagonizando las capturas de la flota del Cantábrico -salvo durante la costera del bonito-, toca echar números de la campaña. Y para la lonja de El Musel ha sido especialmente buena. La costera del bocarte ha batido récord en la rula gijonesa: desde el pasado 22 de abril se subastaron 3.940.979 kilos por los que se pagaron 5.684.791 euros.
No hay en el histórico de la lonja datos mejores y para encontrarlos siquiera parecidos hay que remontarse a 2015, cuando se rularon 1.514.023 kilos que alcanzaron un precio en primera venta de 5.359.487 euros, es decir, aunque se pagó mejor entonces la cifra de negocio no llegó a superar la de este año. En relación con la costera de 2019 se ha subastado un 338% más de kilos y el importe obtenido ha subido un 292%.
«Ha sido la mejor costera de bocarte de toda la historia», secundaba ayer la gerente de la lonja, Isabel Pacios, quien expresaba su satisfacción por las cifras alcanzadas, propiciadas por la abundancia de este pescado en la mar y su cercanía a la costa gijonesa. En total, se realizaron 969 descargas de barcos de las flotas asturiana, cántabra, vasca y gallega, con jornadas en las que hasta 74 barcos hicieron cola en el puerto gijonés. El grueso se concentró en mayo y junio, si bien en septiembre, tras la costera de bonito, también hubo importantes descargas, aunque al haber bancos de bocarte en la costa gallega el número de barcos de esta zona se redujo. Los principales clientes han sido mayoristas, grandes superficies y conserveras de Asturias, País Vasco y Cantabria. El 68% contaba con el certificado de pesca sostenible MSC.
Hace apenas quince años la especie llegó a estar al borde del colapso, lo que obligó a la Comisión Europea a prohibir su pesca entre 2005 y 2010. Sin embargo, como ha demostrado esta campaña y ya pronosticaban a su comienzo los científicos, la biomasa reproductora goza ahora de buena salud.
«Un varapalo»
Pese a los buenos datos de la costera, el cierre de la pesquería supone, según Adolfo García, «un varapalo» para los cerqueros, ya que «hay tanto bocarte que desplaza a otras especies, como los chicharros», por lo que hasta que no se desplacen los cardúmenes «van a tener difícil» capturar otra cosa. No obstante, «aún quedan unos kilos de cupo que igual dan para pedir la reapertura unos días», confiaba el presidente de la federación de cofradías.