El sector turístico califica de «tsunami» la afluencia de visitantes este fin de semana

Élida Suárez es la directora del Hotel Môderne y responsable del sector hotelero en la patronal Otea en Gijón. Explica que «tenemos un cien por cien de ocupación y unas mejores tarifas que en 2019», el año de referencia para analizar si el sector se está recuperando, ya que en 2020, aunque la ocupación también fue muy alta, los precios se mantuvieron. Élida Suárez explica que «hay cierta disponibilidad de habitaciones debido a cancelaciones de última hora, pero está todo lleno». Pero el verano gijonés no se termina el día 16 de agosto, por lo que el sector mira esperanzado hacia el resto del mes. La responsable de Otea en Gijón indica que «la semana que viene no tiene mala pinta. Confiamos mucho en las reservas de última hora».

Los hoteleros de la ciudad están contentos. No podía ser de otra manera, ya que es más que patente la cantidad de visitantes que disfrutan de Gijón durante estos días. En el hotel Santa Rosa indican que «este fin de semana estamos llenos, pero seguimos llenos hasta el día 22 de agosto. La siguiente semana estamos a más del 90%». Su conclusión está clara: «Es un buen mes».

En el Hotel Hernán Cortés están «a más del 90%, el fin de semana está muy bien», pero en el NH sus responsables son mucho más gráficos, pues indican que «está resultando un mes muy bueno. Es como si hubieran levantado una barrera y te llega un tsunami de gente. El teléfono quemaba».

Por eso, no es de extrañar que hayan tenido toda la semana «prácticamente llenos». Y la situación va a continuar durante la próxima semana, pues «a partir del día 16 estamos prácticamente llenos. Hay habitaciones sueltas hasta el día 22, pero estamos seguros de que se van a llenar».

Si los hoteles de Gijón están llenos, la situación del camping municipal de Deva es prácticamente incontrolable. Sus responsables están desbordados con la cantidad de gente que llega a las instalaciones. «Esto no es normal, es un despropósito el número de llamadas y el volumen de gente que viene». Así lo indica Tony Amieva, gerente del camping, quien cree que tal avalancha de público «no es buena. Perjudica nuestra imagen, porque no somos capaces a resolver las incidencias que puede haber».

Amieva también lo califica de «tsunami», aunque en sus instalaciones la gente trata de aprovechar todas las parcelas con su coche y recuerda que «es diferente a cómo se funciona un hotel». Se lamenta de que «tuvimos un mes de julio tranquilo y de repente parece que llegó el fin del mundo». Espera que a partir del lunes baje la situación, porque tiene claro que «no tenemos capacidad humana ni material para atender esta demanda».

El lleno que viven los establecimientos hoteleros de Gijón está beneficiando a otras ciudades cercanas, ya que son muchos los turistas que optan por alojarse en los concejos limítrofes, aunque su primera intención fuera recalar en Gijón.