«Los semáforos eran necesarios, pero el radar es excesivo»
Los vecinos de Torcuato Fernández-Miranda estrenan red semafórica. «Era peligroso cruzar, los coches se confiaban y cogían velocidad»
Los vecinos de El Bibio están de estreno. La avenida de Torcuato Fernández-Miranda puso en funcionamiento sus nuevos semáforos el pasado lunes. Una iniciativa ... aplaudida por los vecinos que creen que la instalación de los dispositivos de seguridad vial terminará con los problemas de «exceso de velocidad» en una vía muy transitada.
Elena Roque, vecina del barrio, explica que antes era «muy peligroso cruzar», sobre todo en el cruce en curva con Pintor Martínez Abades por la «falta de visibilidad». Este es uno de los cuatro puntos en los que se ha instalado la red semafórica, los otros tres se sitúan junto a los pasos de cebra de los cruces de Pintor Marola, Carreño Miranda y París.
Vía de salida
Desde el cierre al tráfico de la avenida del Molinón, la vía vio incrementada la circulación de los vehículos. «A primera hora hay mucho tráfico porque es una de las vías de salida de la ciudad, durante el periodo lectivo se junta con los chicos que van andando al instituto, era imprescindible esta medida de seguridad», argumenta Roque, quien de igual forma señala que los conductores «se confían por la noche porque no hay casi peatones». Explica que, al ser un doble carril, los viandantes se tenían que asomar y ser «muy precavidos» porque «a veces paraba uno de los coches que está en un carril, pero el que circula por el otro pasa de largo».
La avenida se encuentra en un lugar donde «hay mucho niño», dice Rubén Pérez. Muchos de estos pequeños acuden al parque Isabel la Católica, por lo que está «encantado» con la instalación. Al igual que Roque, hace alusión a la curva antes de llegar a El Molinón. «Había que hacer algo, o poner un paso elevado o, como se ha hecho, un semáforo, pero no se podía continuar así».
Controvertido radar
La avenida es «muy recta» y la gente «se anima a coger velocidad», indica. Además de la red semafórica, también deja ver un radar instalado entre los cruces de Pintor Marola y Carreño Miranda. Por el momento, aunque ya se puede ver, no está en funcionamiento, pero la idea es que en un futuro sirva para controlar que los vehículos no superen la velocidad máxima permitida de la vía: 50 kilómetros por hora. Pérez no había reparado en su existencia, pero, para los conductores, «siempre es algo convincente», afirma.
Otros muestran su desacuerdo con la instalación del radar. «Es demasiado control», dice indignado Tomás García, vecino de Los Campos que acudía a la zona en coche. «No hace falta que se ponga un radar en medio de la ciudad cuando se va a regular el tráfico con los semáforos».
Desde su punto de vista, la instalación del detector de velocidad solo tiene «un afán recaudatorio» y, al contrario que lo dicho por los vecinos del Bibio, la avenida «invita a ir lento». En otros lugares de Europa, apostilla, «se las arreglan perfectamente sin tanto trajín». Pero recalca que, en este caso, el problema es que «hay que saber y tener muy en cuenta que debes ceder el paso».
Para Alberto Medina, vecino del centro, la instalación del radar es «excesiva». Al igual que García, solo ve una «intención económica» por parte del Ayuntamiento. Está de acuerdo en la instalación de los semáforos en Torcuato Fernández-Miranda que, sobre este tema, la cantidad no le parece un problema, «cuantos más haya, menos velocidad se alcanza y hay que tener en cuenta que estamos en una zona de mucha afluencia de coche», recuerda.
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