Los vecinos de Viesques se movilizan contra la gasolinera prevista en Viñao

Los vecinos del entorno del lavadero de coches de Viñao, en Viesques, han puesto en marcha una campaña de protesta contra la instalación en ese espacio de una nueva gasolinera. Según aseguran, los promotores de este proyecto han recurrido a «atajos legales» para conseguir los permisos necesarios para iniciar esta ampliación del negocio, a pesar de que «con el nuevo PGO -aprobado la semana pasada por el Pleno- no se les habría dado licencia». Comparan de hecho su situación con la del PERI de la Ería del Piles, que se tramitó en paralelo al plan general «y todos sabemos cómo acabó».

De momento, ya han presentado alegaciones al expediente administrativo, pero si el Ayuntamiento no atiende sus demandas y paraliza la obra «iremos hasta el final, con todas las consecuencias». Y aunque Urbanismo defiende que la concesión de las licencias está amparada por una ley de 2013 que considera de rango superior a la ordenación urbanística municipal, los vecinos confían en el éxito de sus acciones, tomando como ejemplo el cierre por orden judicial de una gasolinera de Madrid por su proximidad a las viviendas.

A modo de presión, además, han iniciado una recogida de firmas en la que ya han participado un millar de personas, y pretenden llenar los balcones del barrio de pancartas verdes «contra las gasolineras urbanas». Añaden que hoy les ha tocado a ellos, «pero mañana puede tocarle a cualquiera. Pretendemos que nunca más, en ningún barrio de Gijón, se vuelva a construir una gasolinera, sin mantener las distancias de seguridad y sin garantizar el bienestar de los vecinos. Han solicitado además una reunión con la alcaldesa para trasladarle su malestar. Ayer, en la presentación de sus reivindicaciones, tuvieron el respaldo de toda la oposición.

Los afectados recuerdan que desde su apertura en 2004 el lavadero ha sido objeto de quejas, principalmente por el ruido que genera su actividad. La administración obligó a interrumpir su funcionamiento por las noches (de 22 a 7 horas), así como a instalar mamparas que protegieran a las viviendas colindantes tanto del ruido como de las neblinas «que en días de viento llevan hasta los cristales de nuestras casas un agua que podría portar legionella». Las mamparas, aseguran, nunca se pusieron.

Con la ampliación del negocio temen que aumenten los ruidos, a lo que se sumarían «los olores y el riesgo de fuga de hidrocarburos o de atmósfera explosiva». Y añaden que además de las casas, cerca de la gasolinera también hay «uno de los pulmones de la ciudad», como es el parque fluvial. «Aunque pudieran borrar del mapa a los vecinos, permitir una gasolinera a tiro de piedra de este espacio natural ya sería de por sí una aberración», señaló Álvaro Fernández, portavoz de las comunidades afectadas.

Añadieron a estos problemas los relacionados con la movilidad, en una zona ya muy saturada como es el entorno de la rotonda de Viñao. «Ahora para acceder al lavadero hay que hacer dos giros a la izquierda desde el centro de la vía, lo que implica acumular una fila de coches detrás. Con la gasolinera, prevemos que haya un tapón», advierten.