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«Fue un viaje por Los Urales pasando miedo, frío y hambre»

'Niños de Rusia' inauguró en Gijón-Sur su exposición sobre la historia de los asturianos exiliados en la URSS tras la guerra civil

DAVID BALLINA

GIJÓN.

Miércoles, 5 de abril 2023, 02:53

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Desde que los niños de la guerra asturianos se vieron obligados a dejar España a raíz de la contienda civil estuvieron en hogares de acogida en la Unión Soviética anhelantes por el momento en que los combates cesaran y el bando republicano les abriese las puertas... pero no fue así. Pasaron 20 años hasta que algunos de los niños, ya adultos, pudieron retornar a sus respectivos hogares y se encontraron con una España distinta. Es este todo el camino que se rememora en la exposición 'Dos patrias', inaugurada ayer por la edil de Memoria Democrática, Salomé Díaz, en Pumarín Gijón-Sur.

En la presentación, Amor de la Fuente, hija de dos de estos niños, habló sobre todas las «peripecias» que tuvieron que pasar antes de su vuelta a la península: «Cuando llegaron a Leningrado y empezaron a estudiar lo veían todo como una aventura pasajera, pero la cosa cambió».

Durante la Segunda Guerra Mundial, Gran Guerra Patriótica para los rusos, muchos de los exiliados huyeron a Los Urales y otras regiones de Siberia para esconderse de la posible toma alemana de la capital. Según De la Fuente, «fue una etapa difícil para mis padres, ya que tuvieron que abandonar sus hogares para pasar hambre y aguantar bajas temperaturas en Los Urales». Otros se unieron a la guerra de Leningrado para luchar contra los nazis, pero debido a su corta edad y a su escaso adiestramiento tuvieron que llevarse a los supervivientes -160 de los 360 alistados- a los montes Urales.

Relatan que anhelaban el momento en que la contienda bélica cesara y el bando republicano les abriese las puertas

Sospechas de espionaje

A partir de 1957, ya más relajadas las tensiones entre la España franquista y la URSS, muchos españoles fueron repatriados, aunque con la desgracia de encontrarse con un mundo distinto al que dejaron: «varios familiares ya se habían muerto y a veces los que quedaban ya no los reconocían, y además no podían contar sus historias por miedo a considerárselos espías comunistas». Lo más significativo para todos estos niños no era lo que habían dejado atrás en su país como la familia que construyeron en sus hogares de acogida, «gente que por muy lejos que estén unos de otros siempre buscan algún momento para reencontrase», aseguró De la Fuente.

Esta exposición, abierta al público durante todo el mes de abril, se hace con el fin de difundir toda esa parte de la historia que llevaba tanto tiempo silenciada por la dictadura. Gracias a la colaboración de hijos de los exiliados, documentos, fotografías... la asociación 'Niños de Rusia' ha traído a Gijón y a todo el norte de España testimonios sobre la historia desconocida de los hispanorusos que estuvieron esperando su regreso.

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