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Vista de la senda fluvial, ayer por la tarde, con una mujer haciendo 'footing'. JUAN CARLOS TUERO
El violador del parque fluvial de Gijón premeditó el ataque y actuó con pasamontañas y guantes

El violador del parque fluvial de Gijón premeditó el ataque y actuó con pasamontañas y guantes

La Policía Nacional investiga si el agresor eligió a la víctima al azar o si bien la tenía vigilada y conocía sus rutinas de deporte por la mañana

CHELO TUYA / OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Miércoles, 28 de agosto 2019, 00:23

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Actuó de forma premeditada, con un plan deliberado y conociendo el terreno en el que movía. El violador del parque fluvial cometió la agresión oculto tras un pasamontañas y con guantes en las manos para evitar dejar huellas y ser reconocido. Atacó a la víctima, una mujer de 40 años que corría por el paseo peatonal, en el propio camino y la llevó a un lugar apartado, anexo al río, para consumar la agresión sexual. Eran las 7 de la mañana y aún no había amanecido.

La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría de Gijón investiga la brutal agresión perpetrada la mañana del lunes. Se trata de unos hechos «excepcionales», según apuntan desde la Policía, y sin precedente en la ciudad. Las pesquisas se centran ahora en determinar si seleccionó a la mujer al azar o si bien conocía sus rutinas de antemano. Lo que sí parecen tener claro los agentes encargados del caso es que no fue un acto delictivo espontáneo. El modus operandi empleado apunta a que tenía un plan urdido, lo que le llevó a llevar consigo un pasamontañas y ropa oscura para ocultarse en la zona y esperar el paso de la víctima.

Según ha podido saber EL COMERCIO, la mujer apenas ha podido aportar una descripción física del atacante. No le vio el rostro ni tampoco ninguna marca en el cuerpo característica que permita realizar un perfil del sospechoso. Sin embargo, los agentes de la Brigada de la Policía Científica que inspeccionaron de forma minuciosa el terreno donde se consumó la violación sí habrían encontrado pruebas y evidencias que arrojen luz a la investigación y puedan determinar su ADN.

Durante varias horas la mañana del lunes el escenario de la agresión permaneció acordonado y bajo vigilancia policial hasta que el terreno fue analizado de forma pormenorizada en busca de pruebas y vestigios que ya están siendo analizados.

Protocolo para las víctimas

En el mismo momento en el que las fuerzas de seguridad tuvieron conocimiento de los hechos -cuando la mujer consiguió pedir ayuda-, se activó el protocolo establecido para las víctimas de agresiones sexuales. Fue trasladada al Hospital de Cabueñes para ser sometida a un examen y recabar de su propio cuerpo restos biológicos del individuo. Desde allí fue trasladada a la Comisaría de la Policía Nacional para interponer la denuncia formal. Está recibiendo terapia psicológica por parte del personal del Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual y Maltrato (Cavasym).

No solo fue violada, sino que además el atacante le causó lesiones cuando ella intentó zafarse de la agresión. La mujer está «hundida» y no le ha comunicado lo ocurrido ni a su entorno más próximo ni tampoco en su trabajo.

Pese a tratarse de un episodio delictivo muy poco habitual en Gijón, sí existe precedente de un ataque sorpresivo de madrugada. Ocurrió hace dos años, cuando una mujer se dirigía de madrugada en coche a su puesto de trabajo. Al detenerse en un semáforo en rojo en el barrio de Contrueces un individuo armado con un cuchillo de grandes dimensiones aprovechó para colarse dentro del vehículo. La amenazó para que condujese hasta un descampado en Nuevo Roces y allí la sometió a varias violaciones consecutivas durante las casi dos horas que la tuvo allí retenida. Cuando la mujer trató de huir, la enganchó por el pelo y la arrastró de nuevo hasta el coche.

El hombre fue detenido días después, ingresó en el centro penitenciario de Asturias y meses más tarde fue sometido a un juicio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial. Resultó condenado a once años de prisión por un delito continuado de agresión sexual. A través de su abogado recurrió al Tribunal Supremo, que rebajó la pena en dos años de cárcel, hasta los nueve, al considerar que no se trataba de un delito continuado, sino de un único delito, ya que las agresiones se habían cometido en el mismo espacio de tiempo.

La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) se centra ahora en identificar al responsable de la violación del parque fluvial, un lugar muy frecuentado por deportistas y caminantes. La agresión sexual cometido en el lugar ha causado gran conmoción entre los usuarios y en una ciudad en la que estos hechos son muy poco frecuentes.

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