«Vizcaya tuvo cerradas sus playas diez días por el mismo problema que afectó a Gijón»

La concejala de Hacienda y presidenta de la Empresa Municipal de Aguas (EMA), Ana Braña, cargó ayer contra los grupos de la oposición por la actitud «irresponsable» que, a su juicio, han mantenido durante la crisis de los vertidos fecales en la playa de San Lorenzo. «Se ha utilizado un problema general de toda España como si fuera un problema específico de Gijón cuando Vizcaya, por ejemplo, tuvo cerradas sus playas diez por el mismo problema que afectó a la playa», aseguró la edil de Foro en el programa 'La Lupa' de Canal 10. «Se ha utilizado lo sucedido políticamente de forma interesada, con poca responsabilidad, y se ha hecho daño a uno de nuestros mejores activos turísticos», criticó Braña, que volvió a vincular los episodios de contaminación fecal a la excepcional cantidad de precipitaciones caídas para esta época del año. «Del primer episodio significativo que fue el 26 de mayo al último, el del 11 de junio, pasamos de 10 litros por metro cuadrado a 150 litros por metro cuadrado», remarcó. Mucha lluvia en poco tiempo que hizo que funcionaran automáticamente los aliviaderos autorizados por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, para evitar el colapso del sistema de colectores de saneamiento de la ciudad, que es unitario (transporta por la misma conducción aguas de lluvia y aguas residuales). La falta de viento, con la mar en calma, también ayudaron a generar esa enorme mancha marrón en la bahía de San Lorenzo cuando sobrevino la última gran riada que arrastró gran cantidad de sedimento acumulado en el río Piles, que el gobierno local atribuye a la falta de limpieza de los cauces y arroyos del concejo por parte de la Confederación Hidrográfica. Así lo expuso ayer de nuevo la presidenta de la EMA, que repitió el mismo discurso de la alcaldesa sobre la excepcional situación vivida en la playa y la llegada de elementos como colchones al principal arenal gijonés. También defendió el protocolo aplicado después de cada episodio adverso, con el cierre al baño durante 48 horas, para dar tiempo a que los microorganismos (enterococos intestinales y E.coli) mueran en el agua salada. La prueba de que funciona, destacó, es que los últimos análisis realizados antes del inicio de la temporada oficial de baños dieron calidad del agua «excelente» en los doce puntos de muestreo repartidos por toda la costa gijonesa. Y aseguró, asimismo, que el pozo de tormentas que empezará a construirse en 2019 en el parque de los Hermanos Castro y que se conectará con el colector de Viesques, «aminorará» el impacto de los vertidos sobre la playa al retener las primeras aguas que llevan la mayor carga contaminante. Respecto al uso de los aliviaderos, el origen de los vertidos fecales, Braña afirmó que «siempre funcionaron en Gijón cuando hizo falta en determinadas condiciones meteorológicas adversas, pero el PSOE tenía su mapa guardado bajo siete llaves».