Vuelven a atracar el estanco de La Algodonera: «Ha sido un susto enorme»

«Me he llevado un susto enorme», aseguraba, apenas dos horas después del asalto, el dependiente del estanco de La Algodonera situado en la avenida de la Argentina, en el barrio de La Calzada, próximo al parque de la iglesia de Fátima, lugar habitual de reunión de transeúntes y toxicómanos. El ladrón le estaba esperando; el asalto lo perpetró cuando el trabajador había abierto el negocio al público unos minutos antes, en torno a las 8.30 horas.

Con la capucha puesta, la cara tapada con una mascarilla, vestido con ropa deportiva y armado con un arma blanca, amenazó al dependiente para que le entregara el dinero de la caja registradora y dos paquetes de tabaco. «Acabábamos de abrir y el botín era casi insignificante», señaló horas más tarde el estanquero del barrio de La Calzada, Pablo Quirós.

Tras el atraco, el asaltante huyó a pie en sentido a la calle Cuatro Caminos. El denunciante, por su parte, llamó a la Policía y suministró las grabaciones a los agentes. Rápidamente se montó un dispositivo policial, pero en la primera batida por el barrio, no localizaron al delincuente. Las fuerzas de seguridad mantienen abierta una investigación para dar con su paradero.

Fuentes oficiales aseguran que los agentes encargados de la investigación confían en que, junto a la declaración del dependiente, las grabaciones de las cámaras de seguridad de los locales cercanos (entidades bancarias y supermercados), y el testimonio de varios testigos sean determinantes para esclarecer la identidad del asaltante. La principal línea de investigación parte de la declaración del trabajador. Según la descripción facilitada por el denunciante, el joven tendría entre 20 y 25 años, 1,70 metros de estatura y piel morena. Con relación a esto último, unido a la forma de hablar, se cree que podría ser de raza árabe. Asimismo, llevaba un pantalón de chándal y zapatillas deportivas, así como una sudadera con capucha a rayas negras y grises.

No es el primer episodio violente que sufren en el estanco del barrio. En octubre de 2018, dos individuos apuñalaron al dueño del estanco para robarle la recaudación. Salió de trabajar y cuando se dispuso a coger su coche, que tenía aparcado en la calle México, fue abordado. Los testigos del atraco confirmaron a EL COMERCIO que el vehículo del afectado tenía las ruedas pinchadas, por lo que todo apunta a que los atacantes atentaron contra el turismo para evitar que pudiera huir antes de cometer el robo con violencia.

La Policía Nacional se encarga de la investigación del caso. Es el primer atraco que se produce en Gijón desde que se iniciara el desconfinamiento -la fase 0 comenzó el pasado 2 de mayo- . Fuentes oficiales señalan la posibilidad de que este tipo de asaltos sufran un repunte durante los próximos meses. «Es evidente que nos enfrentamos a momentos de necesidad entre la ciudadanía y debemos estar preparados para dar una respuesta que ofrezca firmeza y seguridad», advierten.

La investigación para encontrar al ladrón sigue abierta.