Los asturianos de EE UU viven unas elecciones «tensas», pero sin sorpresas

Los asturianos residentes en Estados Unidos no recuerdan una noche electoral tan tensa como la del pasado martes. Pegados a la televisión, a las redes sociales y a la prensa americana, siguieron el recuento de votos. «Más que noche electoral será semana electoral», matizan, ya que está previsto que los recuentos duren varios días y que no se conozca en las próximas horas quién será el presidente electo. También crece la incertidumbre sobre si finalmente serán los tribunales los que decidan.

Carla Plazuelo explica que la noche del martes había sido «tensa», igual que la mañana del miércoles, por los «márgenes tan cortos» entre Donald Trump y Joe Biden. Ella, que trabaja en el mundo de la tecnología, asegura que en Nueva York, donde vive, el ambiente estuvo tranquilo. «Me fui sobre las once y media de la noche a la cama porque tenía pinta de no sacar nada en claro, y cuando me levanté seguíamos sin saber nada», recuerda.

Plazuelo, que vive con su marido allí, teme la victoria de Trump, porque eso significaría que de momento no puede volver a España. «Si salgo no podré volver a entrar», comenta, ya que pese a tener visado de trabajo debe renovarlo y no tiene claro que la Embajada de España pueda procesarle todos los documentos necesarios. Además, si viaja a Asturias luego tendría que guardar cuarentena en México antes de poder entrar en EEUU. Por todo ello, la asturiana advierte de que si Trump gana «tendremos que pensar en volver a España para siempre». Por otra parte, Plazuelo señala la incertidumbre que existe en este contexto. «Pase lo que pase a alguien no le va a gustar el resultado», dice. Así, los más demócratas «están muy hartos de la opresión» y los republicanos, al revés.

«Era esperable», comenta Miguel Prado en relación a los resultados tan ajustados y a que Trump quiera impugnar el voto por correo. El motivo es que, opina, contando el voto por correo, es probable que Biden adelante a Trump. Residente en Boston (Massachusetts), advierte de que Trump hará todo lo posible por ganar y eso incluye «llegar a los tribunales». Por ello, los ciudadanos estadounidenses están preocupados «porque si no acepta la derrota, puede haber jaleos».

No sería la primera vez que los tribunales tienen que decidir quién será el próximo presidente de EE UU. Prado se remonta al año 2000, a los comicios entre el demócrata Al Gore y el republicano George W. Bush. «Estuvimos sin presidente varios meses. Al final le dieron al victoria a Bush», recuerda. Ambos empataron en votos, a falta de conocer los resultados en Florida. Bush apostaba por no contar esos votos, mientras que Gore sí quería. Finalmente, la corte Suprema, con una mayoría conservadora, decidió que esos votos no serían contados.

También recuerda las elecciones de hace dos décadas Jesús Fernández, ovetense residente en Seattle (Washington). «Fue más o menos lo esperado», explica. Él lo achaca a que muchos estados utilizaron para estos comicios el voto por correo «por primera vez, y no hay unas reglas standard para todo el mundo». Según indica, cada estado ahora tiene sus normas en relación a cuánto tiempo tienen para presentar los votos. Dice que el miedo es latente en Estados Unidos. «Los números son muy igualados y el miedo que hay es que el voto adelantado sean votos demócratas», apunta. En aquellas zonas donde los recuentos sean parejos, Fernández prevé que «el partido republicano recurrirá». «Va a haber mucho jaleo, como en 2000».

Al respecto, Fernando Rubio, ovetense residente en Salt Lake City, en el estado de Utah, señala que la situación es diferente a aquellos comicios. «El país no estaba tan dividido como ahora», compara. El motivo en aquel entonces «fue más técnico, porque los resultados estaban muy ajustados». Sin embargo, ahora «es de división social y política». «Se veía venir, y en el año 2000 fue una sorpresa». Rubio lleva 26 años en EEUU y, aunque temía que los resultados fueran ajustados, «no esperaba que fuesen como están siendo».

En la ciudad en la que reside el día antes de las elecciones las grandes tiendas se tapiaron de cara a posibles disturbios. «Se teme que pueda pasar algo, sin llegar a mayores, pero sí podría haber pequeños conflictos», alerta. Y es que este asturiano afincado en EEUU también cree que estos comicios acabarán en los tribunales y que, mientras Trump, «sigue calentando el ambiente». «Como sus seguidores creen cualquier cosa que diga como si fuera un dogma de fe, no me extrañaría», afirma.

A falta de conocer los resultados definitivos, Rubio piensa que Biden podría ganar. «Sería una victoria política pero una derrota moral» para EEUU. Ese fracaso Rubio lo achaca a que, después de cuatro años bajo el mandato de Trump, «la mitad del país todavía quiera otros cuatro años más». «Es increíble, ha dividido al país, ha dado marcha atrás a los logros conseguidos durante décadas, ha eliminado protecciones medioambientales, ha pasado de escándalo en escándalo», enumera.

«Ahora lo que estamos es mordiéndonos las uñas», señala el neurólogo Juan Fueyo, residente en Houston (Texas). El asturiano reconoce que allí hay «miedo» a que Trump manipule el proceso «y paren de contar los votos». Él y su familia creen que si se siguen contando los votos «Biden tiene posibilidades» de ganar.

No obstante, la sombra de que estos comicios acaben en los tribunales, tal y como señalan el resto de asturianos, está ahí. Y si los jueces intervienen, el colaborador de EL COMERCIO cree que el proceso terminará en la corte suprema, «donde hay una gran mayoría de jueces republicanos, conservadores, lo que le daría ventaja a Trump».

Si el actual presidente de los EEUU revalida el mandato, los inmigrantes «lo tendrían complicado», advierte Fueyo, especialmente los musulmanes y los asiáticos. No tanto los españoles, «porque España sigue siendo un aliado de EEUU, no nos afectaría tanto como a otros muchos países».

A nivel personal, la victoria de Trump supondría una bajada de impuestos, pero «el precio que tienes que pagar es ver cómo crece el sexismo, el racismo, la destrucción de empresas». Aún así casi la mitad del país le mostró su apoyo.

Por otra parte, Fueyo explica que pese a que Miami, en Florida, era demócrata, en estas elecciones han ganado los republicanos. La razón se encuentra en el «resurgimiento de la gente joven, conservadora y latina». Allí, el voto que hubiera sido decisivo para Biden hubiera sido el de los afroamericanos, «pero no han salido a votar». Sin embargo, los cubanos son «acérrimos anticomunistas. El latino que viene de Cuba ha huido de un país comunista, en cuanto oyen la palabra socialista tienen miedo».

Tampoco los resultados cogieron por sorpresa a María Lago, residente en Beacon (Nueva York), que aún así calificó la situación de «triste, una decepción». «Lo negativo es que después de cuatro años de una política tan mala y un mensaje tan incendiario, la gente siga apoyando a Trump», lamenta.

La artista dedicada a la pintura y a la escultura acudió ayer a votar «porque se habló mucho de que el voto del día iba a ser mayoritariamente republicano». No obstante, no se encontró con grandes colas. Después siguió el recuento hasta las dos de la madrugada.

María Lago también fue testigo de los mensajes «muy incendiarios» que Donald Trump envió a través de las redes sociales «diciendo que le están robando la Presidencia». «Es ilegal querer acelerar el recuento cuando hay votos que aún no se han contabilizado», recrimina.

«Quizá  Joe Biden se declara vencedor, pero Trump no lo va a aceptar», dice coincidiendo en la misma línea que el resto de asturianos.