Fallece un militar asturiano que luchaba como voluntario en el conflicto bélico de Ucrania
Miguel Carmona, de 42 años, perdió la vida tres meses después de su llegada y su familia relata los detalles trágicos de sus últimas horas
«Queremos traer el cuerpo de Miguel a su tierra, a Avilés, y poder darle sepultura junto a sus padres». Es el mensaje desesperado de ... Eva Álvarez Rodero, portavoz oficial de la familia de Miguel Carmona Menéndez, el militar que partió hacia Ucrania el pasado 12 de marzo para combatir en una guerra y «ayudar a que su hijo nunca tuviera que pasar por una situación así». Apenas tres meses después, el 10 de junio, el avilesino de 42 años perdió la vida en el frente, noticia comunicada a la familia siete días después, el 19 de junio. «Nos contaron que 'estaba desaparecido en combate', y nos dieron un certificado al efecto, lo que significa su fallecimiento y la forma de comenzar a tramitar su ausencia».
Pero el pasado jueves supieron algo más acerca de su muerte. Su compañero en la batalla, al que se ha podido rescatar, pero muy malherido y que ha sido trasladado a un hospital desde la aldea de Ivano-Daryivka, en el distrito de Bajmut, en la región de Donest, se puso en contacto con la familia y les relató las últimas horas con vida de Miguel. «Este chico, colombiano y del que no podemos ofrecer datos por miedo a que le monten un juicio militar, nos contó que cayeron en una zanja y Miguel quedó gravemente herido y estuvo dos días agonizando. Es una noticia terrible. Conocer cómo fueron sus últimas horas nos ha dejado devastados». Y es que las noticias de Miguel durante el tiempo que permaneció en el frente fueron escasas. Eva Álvarez, la madre del hijo de Miguel, contó a EL COMERCIO que «nadie de la familia apoyábamos que se fuera al frente en pleno conflicto y él se enfadó por nuestra actitud y nos bloqueó a todos, incluido a su hijo. No podíamos comunicarnos con él, tan solo sabíamos a través de sus publicaciones en las redes sociales».

Miguel Carmona era un piloto externo de reconocimiento del 4º batallón operativo de la unidad militar 3018 de la Guardia Nacional de Ucrania. Años antes estuvo en Infantería Ligera en Tenerife. Allí abandonó temporalmente su sueño de ser militar tras la muerte de varios compañeros que, comenta Eva Álvarez, le afectó mucho. Entonces se centró más en labores de hostelería y soldadura. Pero un buen día decidió que quería regresar a la primera línea. «Su compañero nos contó que Miguel le dijo que iba a la guerra a ayudar para que nunca tuviera que ir su hijo», el pequeño de 10 años que permanece en Avilés y que ha asumido ya que su padre no regresará nunca. También a su compañero le dijo que si uno de los dos moría, el otro se encargara de sacar el cadáver e, incluso, le narró cómo quería que fuera su entierro, unas palabras que cobran una fuerza dramática tras conocerse los detalles de su desgraciada muerte.
Ahora quieren repatriar su cadáver, pero se encuentran con una dura burocracia. «Zelensky ofrece a las familias de los fallecidos una indemnización de 360.000 euros para que se queden los cuerpos allí». También están tramitando el regreso de su perro 'Yosy', que ha sobrevivido.
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