«Hará más ilusión dar el Gordo, pero esto trae alegría»

No dejó ayer la Lotería de Navidad grandes premios en Gijón, aunque la ausencia de cifras abultadas tampoco supuso una decepción para la ciudad. Este año la suerte se portó y los quintos premios repartieron 270.000 euros por la ciudad. Solo había pasado un minuto del comienzo del sorteo, cuando salió el primer quinto -el 86.986-, que dejó ocho décimos en la calle General Suárez Valdés, en El Coto. Todos comprados por Ludivina Menéndez, vecina del barrio, que eligió este número por su carga emocional: el 86, la edad que tenía su marido, fallecido en octubre. «Compré los décimos tras venir del entierro».

Y el azar no se fugó del lado de Gijón, porque tan solo tres minutos más tarde, a las 9.20 horas, el 37.023 dejó 60.000 euros en el Centro Comercial Los Fresnos, donde se habían vendido diez décimos. «Es la primera vez que damos un premio de Navidad en veintitrés años», contaban Iñaki y Santiago Vicente, los gemelos que regentan la administración.

Hubo que esperar un rato algo más largo para que cayera, de nuevo, otro quinto en Gijón. Poco antes del mediodía, el 28.674, con diez décimos consignados, de los que solo se vendieron siete en la administración La Moneda, en la avenida de la Constitución, 32. 42.000 euros en total que alegrarán las navidades a los afortunados de los que aún no se sabía nada. Pese a su ausencia, los trabajadores celebraban este golpe de suerte. «Hubiera hecho más ilusión dar el Gordo, pero igualmente esto da mucha alegría», contaba Avelino Díez, uno de sus empleados.

El último quinto premio que llegó hasta Gijón lo hizo casi a la una y cuarto de la tarde. Fue el 43.831, del que se vendieron diez décimos en la calle la Merced, 29, y otros tantos en la calle Corrida, 32. En total, 120.000 euros en el centro de Gijón. «Es una sensación estupenda, estoy encantada porque, además, me imagino que estará muy repartido y entre gente de aquí», contaba Lorena Fernández, propietaria de la Administración de La Merced. Una alegría que compartía Gabino Guijarro, en Corrida, donde este año que «disminuyeron las ventas», pueden acabar celebrándolo.