La muerte de Javier García Cuesta, primer 'Hispano' que dio Asturias, deja huérfano al balonmano mundial
Retirado de los banquillos desde 2018 tras más de medio siglo dedicado a este deporte, el balonmano nacional e internacional se queda sin unos de sus grandes baluartes
«Estoy feliz de haber vivido del balonmano y de llevar el nombre de Asturias por todo el mundo». Uno de los grandes baluartes del balonmano español e internacional, el asturiano Javier García Cuesta (Mieres, 1947), falleció este domingo en Gijón. Retirado de los banquillos desde 2018 tras más de medio siglo dedicado a este deporte, García Cuesta, que también fue uno de los primeros jugadores internacionales que salió del Principado, está considerado un auténtico maestro del balonmano a nivel mundial después de ejercer su magisterio al frente de cinco selecciones nacionales de tres continentes distintos, entre ellas la española, con la que disputó, entre otras competiciones internacionales, los Juegos de Barcelona, en los que logró un diploma olímpico con la quinta plaza.
Su vida ha sido un largo viaje con una pelota de balonmano en la maleta ya que el histórico técnico asturiano pasómás de media vida en banquillos de todo el mundo. Dirigió a Estados Unidos en varias etapas, así como también a Egipto, Brasil y Portugal. Tras retirarse en 2018, pasaba largas etapas entre Estados Unidos y Asturias, una tierra con la que nunca perdió el vínculo y en la que conservaba a sus mejores amigos. Plasmó su trayectoria en el libro '50 años en el deporte', publicado en 2021.
«He estado 32 años entrenando equipos nacionales, seis a equipos y otros cuatro como preparador físico de fútbol, más nueve como jugador de balonmano. Son 51 años en el deporte. Yo me considero un hombre de balonmano. Estuve en el fútbol, pero desde 1979 y hasta 2018 mi vida han sido el balonmano», solía repetir a las preguntas de los periodistas.
Gijonés de adopción, García Cuesta comenzó a jugar al deporte al que dedicaría toda su vida en el Colegio Corazón de María de la mano del también histórico seleccionador nacional José Antonio Roncero, que «me vio jugar algunos partidos». Tras la etapa colegial, se desplazó a Bilbao para estudiar Económicas y jugó en La Salle Beyena, equipo en el que destacó como central y llamó la atención del Atlético de Madrid, que le fichó para ponerlo a las órdenes del que también fue un maestro de este deporte y seleccionador español, Juan de Dios Román. Allí coincidió con otros asturianos como Pepe Llaneza, Vicente Moral y Javier Meana.
Desde las filas colchoneras, dio el salto a la Selección Española. Fue capitán de España, con la que disputó 63 encuentros oficiales entre 1968 y 1975, formando parte, junto con el también asturiano Faustino Villamarín, de la primera Selección Española que se clasificó y participó en unos Juegos Olímpicos, los de Múnich de 1972. También disputó el Campeonato del Mundo de la de 1974, celebrado en la antigua República Democrática Alemana.
Se convirtió en entrenador nacional de balonmano en 1971, logrando el número uno de su promoción y se licenció en Educación Física por el INEF de Madrid, realizando la maestría en balonmano (1975) y en fútbol (1978) y, finalizada su etapa como jugador, pasó más de media vida impartiendo su magisterio desde los banquillos.
Fue preparador físico del Atlético de Madrid de fútbol en 1976, cuando le ofreció la posibilidad Luis Aragonés. «En mi última etapa de jugador empecé a estudiar Educación Física, lo que me sirvió al retirarme para poder trabajar de preparador físico, primero en el Atlético Madrileño y después en el Atlético de Madrid, hasta un total de cinco años, porque en junio de 1979 decidí probar suerte en EE UU».
Javier García Cuesta hizo las maletas y permaneció ocho años en Norteamérica. «Me fui de España para estar en contacto con el deporte americano y aprender. Era un riesgo, claro, pero yo pienso que no soy un loco», decía meses atrás. .A continuación se enroló dos en el histórico Teka de Santander, fue cuatro años seleccionador español e hizo otro paréntesis en el proyecto americano. Pasó después cuatro años en Egipto y regresó a la Federación Española como director técnico para irse a Brasil del 2009 a 2012 con vistas a cerrar su carrera, en su último periplo, en Estados Unidos del 2013 al 2018.
Entre sus principales éxitos figura la clasificación de Estados Unidos para los Juegos de Seúl y la de Egipto para los Juegos de Sídney. Con Portugal consiguió el mejor resultado en un Europeo.