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Marcial Manzano, junto a su hijo Nacho. Efe

Fallece Marcial Manzano, patriarca de la estirpe gastronómica más relevante de Asturias

Fue impulsor de un bar tienda en el pueblo de La Salgar, en Parres, que con los años se convirtió en un imperio. Tenía 89 años

Jueves, 31 de julio 2025, 18:56

Era el faro que alumbraba a toda la familia y su luz se apagó. Marcial Manzano Rivero falleció en el Hospital de Arriondas a los 89 años prácticamente recién cumplidos. Había ingresado la noche del miércoles y no logró recuperarse. Se fue como ha estado siempre, rodeado de su familia.

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Es la de Casa Marcial la historia que mejor sabe de Asturias. El restaurante que más lejos lleva la cocina asturiana. Haber recibido la tercera estrella de la guía Michelin fue el último, que no el único, gran empujón. ¿La receta del éxito? Ser una orquesta perfectamente afinada con ideas que se desarrollan y retos que se cumplen. Porque Nacho, el chef, la imagen, fue el que regresó al negocio familiar a principios de los 90 para cambiarlo todo y enredar en el proceso a sus padres y hermanas. Pero fueron Marcial Manzano y Olga Sánchez los que escribieron los primeros capítulos de su particular historia.

Marcial Manzano, junto a su hijo Nacho, tras la barra, en La Salgar.

Era ella la que guisaba y él el que decidió que el llagar de la abuela Herminia iba a ser bar, tienda y centro de reunión de parroquianos en donde nunca faltaba buena compañía, conversaciones y comida. Ahí aprendieron el oficio los hijos, Olga, Esther, Nacho y Sandra, que hoy más que nunca recuerdan todas las enseñanzas de un padre siempre presente, un patriarca que en los últimos años atendía a todo cuanto ellos tramaban desde la barrera, siempre al lado de su mujer.

La ganadería y sobre todo la caza fueron sus grandes pasiones. A él le gustaba ocuparse de los animales e ir a hacer recados a Arriondas o salir de cacería con sus amigos. Su hijo se aficionó así a la cocina cinegética, si bien fue su nieto Jesús Sánchez Manzano con quien más compartió esta afición.

El sector de la hostelería fue asimilando poco a poco durante la tarde de ayer que se había ido «un amigo» y «un ejemplo». «Era un paisano de los de verdad, con una inteligencia natural y una experiencia vital de esas que no se aprenden en ninguna universidad, como mi abuelo Gerardo, pero valen mucho», manifestó el cocinero Pedro Morán, del restaurante Casa Gerardo, en Prendes, Carreño, recién conocida la triste noticia. «Personas de verdad como él, de esas que han vivido toda su vida en la aldea, quedan pocas», continuó, al tiempo que transmitía mucho ánimo a la familia de Marcial Manzano.

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Si los Manzano siempre demostraron ser una piña, ahora todavía más. Y en particular las últimas semanas en las que han sido homenajeados por haber encumbrado juntos la cocina asturiana a todos los niveles desde una aldea del Oriente asturiano. El pasado 7 de julio la familia al completo recibió la Caldereta de Don Calixto que concede anualmente este periódico en una categoría tan única como ellos: la de Honor. El patriarca no acudió a la entrega, «le hubiera encantado, pero por cuestiones de salud ha preferido quedarse en casa», comentó entonces su hijo Nacho. Haría Marcial lo que tenía por costumbre: leer cuanto ahí ocurriera en el diario EL COMERCIO.

Era este periódico su referencia. En estas páginas seguía la actualidad del Sporting, su equipo del alma, y leía y releía el suplemento de gastronomía que cada semana comentaba con los vecinos y, también, con sus hijos. «Recuerdo a mi padre esperando con ganas a que fuera jueves para poder comprar YANTAR porque lo lee siempre, ahora ya los sábados; era una ilusión aparecer en sus páginas», confesó su hijo unos días antes de recibir la Caldereta en la casa familiar desde la que los Manzano han hecho historia. «En realidad nosotros hemos llevado un camino paralelo al de YANTAR. Crecimos con ese suplemento», contaron. Fue ese día, el 2 de julio, la última vez que la familia al completo rememoró su historia con EL COMERCIO. Solo unos días después el aplauso por lo logrado fue mayúsculo porque se lo merecían.

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Todo el sector, los vecinos y la familia al completo despedirán al patriarca de la saga, pero sobre todo al padre, al marido, el abuelo y el hermano el viernes, a las 19 horas, en la iglesia parroquial de Arriondas, en Parres, el concejo donde vivió toda su vida y que hoy también llora su pérdida. El pasado fin de semana el último gran homenaje a los Manzano se lo dieron ellos. Fueron los encargados de pregonar las fiestas del Bollu de La Peruyal. Fue la primera vez en más de dos décadas que un grupo de personas se encargó de dar el pistoletazo de salida a los festejos. Lo suyo es hacer historia y aquel fue el último capítulo de la de Marcial Manzano.

Tras el funeral oficiado en Arriondas, será llevado al cementerio parroquial de Andeyes, donde descansará para siempre. Su luz se ha apagado, pero sus enseñanzas quedarán en la memoria de todos, especialmente de la mujer con la que compartió su vida.

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