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La pregunta es clave para calibrar si nos queda un rayo de esperanza. ¿Cómo andamos de combustible? Si nos remontamos a las catorce primeras –y ... exitosas– jornadas podemos recordar, ya entre brumas, un Sporting directo, vertical e intenso. Sin un gran fútbol, esa receta, unida al estado de gracia de la banda derecha, nos llevó a paladear la segunda plaza. Pero si miramos lo que ocurrió después, en las trece citas siguientes, observaremos un equipo decreciente en sus imputs más físicos hasta quedar sumidos en la tierra de nadie actual.
Llega el Almería el sábado noche con la vitola 'top' de una plantilla de Primera con el mejor nueve de la categoría y un entrenador contrastado que, además, nos conoce bien. Suma cinco semanas sin ganar, pero eso es quizá un factor más negativo que positivo, pues saltarán al campo a morder. Para nosotros es una ultimísima oportunidad. Novenos en la tabla, a ocho puntos del 'play-off', solo vale ganar para atisbar una lejana luz a la que agarrarnos. La mítica zanahoria que tan bien conocemos. Empatar o perder, a esos efectos, apenas difiere. Sería una triste despedida de la temporada en la jornada 28. Y las últimas catorce se convertirían en un tormento con un pobre aliciente: mirar abajo con el menor vértigo posible.
Volvamos al inicio. ¿Cómo estamos de gasolina? Pues, a tenor de lo visto, pese a las tres porterías a cero acumuladas (un buen dato), no podemos decir que estemos viendo un equipo fresco ni mucho menos. Hay síntomas claros de cansancio en algunos jugadores. Las estrellas del otoño, esa mágica dupla Rosas-Dubasin, evidencian una merma física a estas alturas, fruto de haberlo jugado prácticamente todo. Nacho Méndez es otro que ha perdido fluidez, amén de jugar demasiados minutos en una baldosa y limitarse a trenzar pases cortos en formato pimpón (cuando entra de refresco además su actitud es mucho más dinámica, más llegadora). El equipo pide a gritos agua fresca. Como Caicedo, quien con sus limitaciones puede exhibir al menos un físico poderoso a estas alturas. O los nuevos. Tanto Nico como Dotor deben sudar bien sudado ese millón de euros que, David Guerra dixit, nos va a costar su cuatrimestre rojiblanco.
Rubén Albés ha jugado con lo puesto todo el año. Y ahora, sin punch, el gol se ha puesto durísimo de pelar. Hay que volver a meter la sexta. No queda otra. Y para ello quizá deba apostar por los depósitos de gasolina más llenos a estas alturas de la película, por agitar un poco el banquillo (Caicedo, Dotor, Nacho Martín, Campu, Gaspar recuperado...). Pues sin intensidad no hay nada más que hablar. Por tanto, agítese el cóctel de nuestras mejores esencias para este sábado noche almeriense con aires de final.
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