Canal, periodista
FRANCISCO CARANTOÑA ÁLVAREZ
Martes, 13 de diciembre 2022, 01:52
En el homenaje que, solo hace unos días, periodistas y familiares rendimos a Francisco Carantoña Dubert en el paseo de Begoña, José Antonio Rodríguez Canal ... fue el ausente más presente. Eran inevitables los comentarios sobre el delicado estado salud de quien durante tantos años había sido su estrecho colaborador, no podíamos imaginar que su despedida llegaría tan pronto.
El año pasado, con motivo de la entrega de la medalla de plata de Gijón, que merecidamente le concedió el Ayuntamiento, escribí un artículo en el que recordaba que, en mi infancia y adolescencia, Canal llegó a convertirse en una especie de encarnación telefónica de EL COMERCIO. En aquellos años en que no había móviles ni existía internet, cuántas veces mi madre descolgaba el teléfono y decía: «Paco, es Canal», o escuchábamos a mi padre descolgarlo, marcar y pronunciar: «Ponme con Canal». Ese artículo motivó una llamada agradecida, que se convirtió en una de las conversaciones más largas que mantuve nunca con él. Durante más de una hora desgranamos recuerdos, de una amplia vida profesional conjunta, que no me era ajena, y de toda una época. Aunque, sobre todo, como siempre hacía, expresó el afecto que sentía por el que había sido su director.
Como en otras ocasiones, insistió en el carácter combativo del periodismo de Carantoña Dubert. No en sentido partidista, sino en defensa de los intereses de Gijón y de Asturias. Para Canal, eso se había convertido en la esencia del periódico. Cuando recuerdo el urbanismo desenfrenado y destructivo, las calles de los barrios sin pavimentar y mal iluminadas, los cortes de agua, los viajes a Galicia que duraban un día entero por carreteras estrechas y llenas de curvas, el repetido aislamiento invernal con la meseta, es inevitable que piense que tanto la ciudad como la región les deben mucho. Nunca gobernaron, tampoco fueron los únicos periodistas reivindicativos, pero, sin duda, su voz tuvo eco.
Como director adjunto, Canal también hizo de puente entre EL COMERCIO de Carantoña y el del siglo XXI. En cierto modo, con su fallecimiento se cierra una época. Su vida profesional no coincide con una etapa histórica. Como la de mi padre, está a caballo entre la dictadura, la transición, la consolidación de la democracia y la integración en la Unión Europea. Sin embargo, ambos representan una forma de hacer periodismo que internet y las redes sociales han cambiado notablemente.
Desde su nacimiento en 1878, realzado con un artículo de Gumersindo de Azcárate, el diario EL COMERCIO fue a la vez testigo y actor de la historia de la ciudad. Pasó por etapas muy diferentes, tuvo grandes periodistas, pero Carantoña y Canal contribuyeron a una de las más brillantes. Gijón, Asturias, España, el mundo, se han transformado, el periodismo debe adaptarse a los nuevos tiempos, pero su utilidad social sigue siendo la misma. El recuerdo agradecido a estos dos periodistas debe servir para no perderlo de vista.
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