Una cumbre histórica
Las cuatro regiones del Cantábrico presionarán juntas por las infraestructuras del eje atlántico
La reunión de los presidentes de las cuatro comunidades autónomas de la cornisa cantábrica en Vitoria ha tenido un resultado altamente satisfactorio al constatarse la ... entente entre los cuatro para resolver problemas del presente y abrir la puerta a colaboraciones a largo plazo que mejoren la actividad económica y la cohesión social de las regiones cantábricas. El asunto más urgente a tratar fue la conexión ferroviaria de alta velocidad con Francia. En el país vecino, la alta velocidad por Aquitania se prevé que no tenga construido el tramo Burdeos-Dax hasta 2042 y no hay fecha para la prolongación hasta Hendaya. Las regiones del norte españolas se apresuran para contar en 2030 con las infraestructuras necesarias para integrarse en la Red Básica dentro de la Red Transeuropea de Transportes que estructuran los corredores multimodales. De prolongarse el desinterés francés en extender la alta velocidad hasta la frontera española, la comunicación quedaría cortada en Irún. Otro problema de la misma naturaleza vino propiciado por la decisión europea de dejar la interconexión atlántica del hidrógeno fuera de las prioridades para el año 2030, mientras la interconexión mediterránea se integra en la planificación. Con la importancia que va a tener el hidrógeno en la generación energética y la producción industrial de las próximas décadas, quedar fuera de la red de hidroductos sería un revés inesperado. Barbón, Revilla, Rueda y Urkullu acordaron presionar ante las instituciones europeas para que las comunidades cantábricas no se queden postergadas en las interconexiones ferroviarias y energéticas.
La creación del lobby del Cantábrico no exime a cada región de resolver sus propios problemas de infraestructuras. Para consolidar el Corredor Atlántico y más concretamente, el ramal noroeste del corredor, Asturias tiene que vigilar todo lo tocante a la finalización de la variante de Pajares y a la línea ferroviaria que va de Lena a Oviedo, así como el desarrollo del Plan de Cercanías. Solo de esa manera se podrá conectar El Musel con la variante de Pajares y luego enlazar con el Corredor Atlántico, vía León. Más allá de la agenda del día y de los motivos de la convocatoria, la cita de Vitoria tuvo una dimensión histórica. Nunca en la democracia había habido una convocatoria formal para tratar problemas comunes entre los presidentes de las cuatro comunidades autónomas. No hay que ser muy agudo para darse cuenta de que los distintos encuentros y cumbres, como la de Santiago de Compostela sobre la despoblación y el modelo de la financiación territorial, o la reciente del Corredor Atlántico, abrieron el camino a la reunión de Vitoria. Un encuentro que deberíamos ver como natural y que podríamos extrañarnos de que no haya ocurrido antes, dada la cantidad de temáticas comunes que van desde la posición estratégica en el Arco Atlántico, el transporte y la energía, la ganadería, la industria electrointensiva, el peso del envejecimiento y la baja natalidad y un modelo compartido de turismo, muy distinto del que se practica en el Mediterráneo. Sumar esfuerzos en pos de los objetivos comunes nos dará mucha fuerza ante las instituciones del Estado y el resto de comunidades.
La cumbre de Vitoria antecedió a la reunión en Taramundi entre dos delegaciones de los gobiernos de Asturias y Galicia, presididas por Adrián Barbón y Alfonso Rueda. La cita fue fructífera porque se analizaron medidas contra la despoblación tomadas por la Xunta de Galicia, algunas de las cuales, como el Plan Retorna, destinado a atraer a gallegos que están en el extranjero, es aplicable en Asturias. También acordaron pedir al Gobierno que negocie con Bruselas para que ambas regiones puedan acogerse a los beneficios de las Zonas Escasamente Pobladas. Los dos presidentes manifestaron que pedirán a Raquel Sánchez una cumbre específica sobre el Corredor Ferroviario Noroeste de Mercancías. Muchos temas, como corresponde a dos regiones con intereses comunes.
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