El arbolón
Por mucho que el Corte Inglés, Mercadona y todas las cadenas de supermercados y grandes superficies se empeñen en dar por iniciada la Navidad en ... octubre, cuando nos empiezan a meter por los ojos los turrones, polvorones y demás llambiaes navidiegues, en todas las casas asturianas la Navidad empieza como Dios manda: en el puente de la Inmaculada Concepción. Y en la casa de todos los asturianos, el palacio de Suárez de la Riva, el presi del reino astur quiere dar ejemplo y ya ha instalado el arbolón. Con mucho brilli brilli –homenaje a los Gispsy Kings, supongo– y estrella coronando y todo.
El arbolón llega estas navidades con una declaración de Patrimonio de la Humanidad bajo el brazo, como es el de la Cultura Sidrera. Por eso, a sus pies se ha instalado la botellina de sidra con su vaso y una cestina de manzanines, suponemos que con variedades de la DOP (investigaremos, no vaya a ser que nos hayan colado una golden en lugar de una de corchu). A su lado un hórreo y una lámpara de minero. Falta algún guiño a los pescadores, que suelen ser los olvidados. Aunque sea un cedazo pa sacar angula, hombre.
Si van a poner Belén, les pediría que siguieran la línea asturianista. Que las carreterinas tengan los baches y argayos que tanto caracterizan a las nuestras, que al lado de les oveyes pongan algún lobo y que en lugar de un molín de agua pongan un alto horno (apagao, eso sí).
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