Me duele su España, monseñor
El pasado 30 de mayo, coincidiendo con la celebración del Corpus Christi, el arzobispo de Oviedo aprovechó su homilía en la Basílica del Sagrado Corazón ... de Gijón para decirnos a todos los asturianos, como así recogimos en EL COMERCIO, que «me duele España». Era el resumen que Jesús Sanz Montes hacía del contexto político, porque ese 30 de mayo, además, se aprobaba en el Congreso de los Diputados la ley de amnistía a los líderes independentistas catalanes.
A Sanz Montes le duele España. Como a mí, monseñor. También me duele. Mire, a mí me duele la España que defiende que en nuestro país «no caben todos» y por la que «se nos pueden colar» inmigrantes que vienen con «carné terrorista, con su tráfico de cosas, tráfico de blancas, tráfico de drogas, tráfico de armamento»; me duele la España que desprecia el feminismo, al que despectivamente le llama «hembrismo» y que denomina «leyenda del beso» a casos de violencia sexual como el de Rubiales; me duele profundamente la España que no sólo no respeta, sino que repudia, al colectivo homosexual y arremete contra las «legislaciones de trama ideológica que cercenan la antropología y mutan la persona, pudiendo cambiar de sexo como quien se cambia de camisa»; me duele la España que cierra los ojos ante los casos de pederastia en su casa; la España que se niega a la reparación de la memoria histórica de los que defendieron las libertades democráticas de este país y que arremete contra leyes que «desentierran muertos y trasladan difuntos»; la España que demoniza a la mujer por ejercer su derecho a interrumpir el embarazo «con ayuda de matarife», o al enfermo terminal que quiere acabar con su sufrimiento; me duele la España que incluye en su particular evangelio el programa electoral de partidos.
Todos estos entrecomillados corresponden a declaraciones de Sanz Montes realizadas en varios medios en el último año.
Monseñor, a mí me duele su España.
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