Arrimar el hombro
El incendio en Arcelor se produce cuando no están todavía aprobadas las inversiones ni firmado el acuerdo marco
La explosión producida, el pasado miércoles, en el horno alto 'A' de la planta gijonesa de Arcelor y el posterior incendio ha dejado fuera de ... servicio al horno y afectado a la producción de las factorías de Gijón y Avilés, al disminuir la cantidad de arrabio que alimenta las acerías. Desde que en el pasado mes de febrero volvió a la actividad el horno alto 'A', la cabecera siderúrgica estaba produciendo 12.000 toneladas diarias de arrabio (7.000 el horno alto 'B' y 5.000 el horno siniestrado), cantidad que queda ahora reducida a 7.000 en total. Al bajar la actividad en la LD-III, se resentirá la producción en el tren de chapa gruesa de Gijón, el tren de bandas en caliente (TBC) de Avilés, así como las líneas de galvanizado y hojalata. Estas son las repercusiones inmediatas de contar con un solo horno, pero las consecuencias generales del siniestro todavía se desconocen porque la empresa no tendrá una valoración ajustada de los daños hasta dentro de una o dos semanas. Tal como adelantó este periódico, la explosión perforó el crisol, situado en la parte inferior del horno alto, donde se acumulan el arrabio y las escorias, que luego serán colados a través de las piqueras, aberturas en forma de ranura, repartidas alrededor de la base del crisol. Todavía no se han podido determinar bien el tamaño y la ubicación de la perforación. De estos extremos depende que el horno pueda ser reparado en un periodo corto, de dos meses, o que no sea recuperable para la actividad siderúrgica. Tras la retirada del arrabio y de la escoria del fondo del crisol (unas 3.000 toneladas), prevista para este fin de semana, sólo hace falta completar el enfriamiento para poder entrar en el horno y valorar los desperfectos. Será el momento de comprobar cómo ha resistido el revestimiento de refractario de grafito, que está circundado por una coraza gruesa de chapa de acero. La empresa afirmó que la explosión derivó del contacto de arrabio con agua, pero se ignora de dónde procedía el agua que entró en el crisol.
En un plazo breve deberá la compañía decidir el camino a seguir, en función de la posibilidad técnica de realizar la reparación, de la disponibilidad de material en el mercado y del coste total que implica la reparación. Se preveía que el horno siniestrado finalizara su vida útil en 2024, aunque se podía prolongar algo más hasta que estuviera lista la nueva acería con un horno de arco eléctrico, así como la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI). Tras el accidente, si se opta por arreglar el horno, se podría mantener la producción de acero con productos semiterminados que tienen otras factorías de Arcelor. De esa forma el impacto sobre la actividad y el empleo serían mínimos. De no recuperarse la demanda de acero en los mercados, la empresa podría desviar los contratos hacia otras factorías europeas que están infrautilizadas.
El accidente se produjo en un momento complejo, cuando el comité de inversiones de la multinacional todavía no dio luz verde a la inversión que va a transformar la siderurgia asturiana hasta hacerla productora de acero verde. La Comisión Europea autorizó una subvención de 460 millones de euros, pero la empresa no ha dado más pasos en el plan acordado con el Gobierno de España, donde se contempla una inversión de mil millones, financiada con fondos europeos y recursos de la propia compañía. Tras un año de negociaciones tampoco se acaba de firmar el VIII Acuerdo Marco que regula las relaciones laborales en los centros de trabajo de la multinacional en España, por falta de acuerdo sobre las reivindicaciones salariales. En ese contexto la empresa plantea un ERE de fuerza mayor que va a afectar a 7.000 trabajadores de los 8.000 que tiene Arcelor en España (5.000 corresponden a las plantas asturianas), basado en la gravedad del siniestro y la urgencia en tomar medidas. Los sindicatos ven con recelo la propuesta. Es preciso que todos los intervinientes en el proceso comprendan lo delicada que es la situación. Hay demasiados interrogantes abiertos como para añadir más dudas.
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