Objetivos empresariales
Las demandas de la patronal y las cámaras de comercio encuentran receptividad en el Gobierno del Principado
La Federación Asturiana de Empresarios (Fade) y las Cámaras de Comercio de Gijón, Oviedo y Avilés presentaron en la Feria de Muestras un documento con ... siete objetivos que debería abordar el Principado en esta legislatura. El documento tiene un doble valor, al estar promovido desde la unidad empresarial y haberse presentado con apelaciones al diálogo con el Gobierno y mostrando sintonía con su declarado afán reformista.
Quieren poner a la empresa en el centro de las decisiones. Como principio es incuestionable, ya que son quienes crean riqueza y empleo, cosa distinta es que en las decisiones económicas entran, con frecuencia, otros factores (fiscales, ambientales, sociales) y hay que armonizar intereses. Los empresarios hacen una petición novedosa, al demandar que se incluya el emprendimiento en el sistema educativo, como disciplina reglada. Se ha hablado mucho sobre la escasez de «vocaciones» empresariales en Asturias; la propuesta busca paliar ese déficit. Hay dos formas de canalizar la demanda, bien sea dando al emprendimiento rango de asignatura obligatoria o hacer del emprendimiento un valor transversal que informe todo el sistema educativo.
Las entidades piden al Principado que impulse la competitividad de las empresas, con la solicitud concreta de destinar a la innovación recursos equivalentes al 2% del PIB. El aumento de la competitividad es la llave del progreso. Hay muchos factores que inciden en ella, entre ellos la innovación. En Asturias, la inversión en I+D+i no llega al 1% del PIB (porcentaje similar a Cantabria, Valencia o Aragón). Hay consenso sobre la necesidad de destinar más recursos. La formación de la mano de obra está directamente relacionada con la competitividad. Consideran los empleadores que hay que modificar la oferta formativa, con una formación dual en FP y Universidad que lleve inherente el compromiso de contratar. Otro objetivo que también plantean, e incide sobre la competitividad, es la adopción de un marco fiscal que no discrimine a ciudadanos y empresas en relación a las regiones que nos rodean. Es un tema muy debatido en anteriores legislaturas que bien podría consensuarse en la Junta General del Principado.
Cámaras de Comercio y Fade demandan a la Administración una reforma de la regulación de la actividad empresarial y que el 15% del presupuesto sea para inversión productiva. Desde la crisis financiera de 2008, la inversión productiva se fue a mínimos en todas las regiones. El 15% supondría invertir en torno a 900 millones al año, una cantidad muy difícil de alcanzar en una legislatura. Los objetivos se completan con el necesario desarrollo de las infraestructuras pendientes y el avance en la conectividad digital; sobre ambos temas no hay discrepancias, así como sobre la necesidad de que los fondos europeos lleguen a las empresas. Hasta la fecha se recibieron 685 millones. El presidente Adrián Barbón se mostró dispuesto a atender las peticiones del empresariado. Aseguró que piensa reducir las trabas de la Administración y destacó que por primera vez habrá una dirección general para atender a las pymes y el emprendimiento. Igualmente reseñó la transformación de la Consejería de Ciencia para abarcar las empresas, la formación y el empleo. Hay algo más que indicios sobre una futura colaboración entre el Principado y el empresariado.
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