Eugenesia económica
O cómo hacer que los individuos que para el sistema económico, para el antiguo capital, son más válidos y capaces (en este caso los que más tienen), vivan mejor y se reproduzcan sin problema
Normalmente, la eugenesia está asociada o se relaciona con el «estudio y aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientados al perfeccionamiento de la ... especie humana» (RAE), pero también puede, al menos así lo creo, estar relacionada con la economía. Es decir, eugenesia económica o cómo hacer que los individuos que para el sistema económico, para el antiguo capital, son más válidos y capaces (en este caso los que más tienen) vivan mejor y se reproduzcan sin problema, con la eliminación paulatina de aquellos otros individuos que a ojos del sistema monetario no son ni válidos ni capaces (más allá de ser, claro, mano de obra o fuerza bruta). La eliminación, no hace falta ser drástico, por supuesto, no es literal. Nadie va a poner en marcha una cámara de gas y va a matar personas. Es una metáfora y se trata más bien de una eliminación silenciosa basada en la falta de oportunidades y recursos. ¿Cómo? A través, por ejemplo, de la bajada y eliminación de impuestos, la adjudicación de ayudas (Madrid y su reciente política de becas es un buen ejemplo de ello), la cesión o no, incluso cierre, de servicios públicos, etc.
He dicho bajada y eliminación de impuestos y es que, es bueno recordarlo -aunque no nos guste pagarlos-, su eliminación o bajada lleva consigo (a medio y/o largo plazo) la merma del gasto público y esa disminución, desgraciadamente, afecta a los que menos ganamos; a los que necesitamos de los sistemas públicos para, por ejemplo, estudiar, curarnos o jubilarnos. Si yo fuera rico, como en la canción, esto no me afectaría. No al menos de forma tan directa, porque la inversión y mejoras que con mis impuestos se pudieran hacer, en general, me darían igual. Mejorar la enseñanza pública, la sanidad pública, la adecuación de carreteras, accesos vecinales, mobiliario urbano, etc. no me causaría quebranto alguno. Ni me quitaría el sueño ni supondría un menoscabo de mi situación económica y social. Con seguridad, tendría mi propio seguro médico privado, mandaría a mis hijos a escuelas y universidades privadas con transporte privado y viviría en una urbanización privada con servicios privados.
Así, los que más tienen pueden mantener su nivel de vida mientras que los que menos tienen, no. Eugenesia económica. Fin de los estudios gratuitos o subvencionados. Fin del aprendizaje común y la ilustración universal. No aprender. No ascender. No alcanzar metas. Fin de las expectativas. Fin de compartir la sabiduría con todos, incluidos los pobres. Fin de curar a aquellos que no pueden pagarse sus propias operaciones. Fin de pagar una jubilación a aquellos que no pueden mantenerse, de viejos, por sí mismos. Fin. Y esto no es una quimera, una fantasía que me haya inventado -por mucho que me guste imaginar mundos e historias. Eso lo dejo para las novelas y los cuentos-. Esto es una realidad. Una situación palpable y muy seria que se da en otros países. USA es un ejemplo. Analicen los índices de pobreza, enfermedad, analfabetismo y muerte en EE UU y verán a qué me refiero con eugenesia económica. No hace falta apuntar a nadie con un arma para provocar que su vida se acorte; que no tenga descendencia; que no tenga futuro. Que desaparezca. Solo hace falta un sistema que no mire por lo público, no apueste por lo universal y no crea en la igualdad de oportunidades.
No me gustan las políticas que venden una constante bajada de impuestos. Eso, aunque pueda ser atractivo (lo es porque a todos nos gusta pagar poco o nada, ¿verdad?) es pan para hoy y hambre para mañana. Es de sentido común salvo para la clase liberal, a la que no le preocupa lo más mínimo el concepto común y social. Para ellos si eres pobre es porque te mereces ser pobre, al igual que ellos son ricos porque se merecen ser ricos. Punto. No contemplan más variables en la ecuación.
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