El futuro industrial
Los proyectos impulsados por las empresas para el desarrollo del hidrógeno verde suponen un revulsivo para Asturias
ArcelorMittal se ha consorciado con Fertiberia, Enagás y DH2 Energy para crear un macroproyecto de producción de hidrógeno verde que permitirá llevar a cabo la ... descarbonización del acero en las plantas siderúrgicas y el amoníaco verde en la elaboración de fertilizantes. Es el proyecto de hidrógeno renovable más grande del mundo con una inversión total de 8.000 millones de euros.
El 13 de julio visitaron Asturias el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de ArcelorMittal, Lakshmi Mittal, para presentar la hoja de ruta del acero verde, con una reducción del 50% de las emisiones de dióxido de carbono en el año 2030. La profunda transformación siderúrgica conlleva la construcción de un horno de arco eléctrico y una planta de reducción de hierro (DRI) que estará abastecida por gas renovable que se obtiene a partir de electrolisis solar. El consorcio creado por las cuatro empresas es el paso decisivo para desarrollar lo que en el pasado mes de julio era un mero enunciado. La producción de hidrógeno a gran escala requiere de grandes extensiones de terreno (12.000 o 13.000 hectáreas) para ubicar las plantas solares que estarán distribuidas por Castilla y León y Aragón. La idea del consorcio es que la generación eléctrica, a través de las placas fotovoltaicas, y la producción de hidrógeno se hagan en el mismo lugar, y que luego a través del gasoducto se transporte hasta Asturias. Está abierta la posibilidad de que una planta de electrolizadores, con una capacidad inicial de producción de 200.000 toneladas de hidrógeno anuales, se instale en la región.
La primera consecuencia del proyecto es la garantía de suministro de energía verde para producir acero y amoniaco, pero el paso dado abre una expectativa mucho más amplia. En una época en que el precio del gas natural y de la compra de derechos de emisión de dióxido de carbono mantiene una tendencia alcista, el hidrógeno aparece como una alternativa que puede dar autonomía energética a los países productores. Con los datos del proyecto inicial la producción de hidrógeno equivale al 5% del gas natural importado. Los promotores piensan que podrán trabajar con unos beneficios de escala capaces de situar el coste del kilogramo en 1,5 euros, similar al que ofrecen los combustibles fósiles. Situado en esos parámetros, el hidrógeno ofrece la doble ventaja de ser un arma contra el cambio climático y de aplanar la curva de costes de suministro energético en las industrias intensivas en consumo de electricidad. Los planes de utilización de hidrógeno en Arcelor y Fertiberia para los próximos veinte años (6,6 millones de toneladas) suponen una reducción del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero de toda España.
Si no surgen contratiempos, Asturias será el primer territorio en la península que dispondrá de hidrógeno en cantidades industriales. El consorcio permite sinergias. Arcelor proveerá de acero a las plantas fotovoltaicas y las ingenierías podrán colaborar en la construcción del proyecto. A corto o medio plazo, un factor que tirará de la producción de hidrógeno será la demanda del transporte. Hasta ahora ha sido rechazado en el sector de la automoción por razones económicas, lo que llevó a no desarrollar una red robusta de abastecimiento, pero la caída del precio debe cambiar la situación. En el mundo de la movilidad las alternativas que hay a día de hoy a los combustibles fósiles tienen serios inconvenientes de ahí la dificultad para penetrar en el mercado. Energía abundante y a un precio contenido es un reclamo para captar inversiones industriales. La descarbonización imparable juega a favor del hidrógeno, mientras ensombrece otras energías que son actualmente rentables, como el gas natural. En los proyectos de inversión que tiene Enagás en cartera, 30 son de hidrógeno, sobre un total de 46. En la red troncal europea de hidrógeno que comparten las grandes empresas energéticas se plantean inversiones cercanas a los 80.000 millones. Esta vez Asturias está en el vector del futuro.
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