La guadaña nos siega de oeste a este
La solución al reto demográfico de nuestro Gobierno autonómico es vaciar Asturias, salvo el centro, los feudos del SOMA y la costa
Ante esta otra pandemia permanecemos inermes. Únicamente se han nombrado cargos para crear un relato que justifique la catástrofe y desvíe la responsabilidad hacia los ... elementos: el barro, la nieve, la lluvia, el virus…
¿Os acordáis del comisionado para el Reto Demográfico? ¿Existe? ¿Está preparando informes? ¿O haciendo de escribidor para justificar la muerte de la Asturias rural? ¿O será una persona respetable (lo es) cuyo prestigio se ha buscado para hacer de nube vaga que eclipse al vano sol de la incapacidad o, lo que sería peor, del engaño?
Decimos, quizá injustamente, engaño porque no nos quitamos de la cabeza que la política de nuestro actual Gobierno autonómico es la seguida fielmente durante años por los anteriores. En ella la solución al reto demográfico es vaciar a Asturias salvo el centro, los feudos del SOMA y la costa.
Recordamos que la política de inversión de la época de don Javier Fernandez fue por ese camino. Él, persona digna, tuvo la elegancia de nunca negarlo. E incluso de reconócerlo, siempre que se le preguntó. Pronto tendremos unos núcleos habitados rodeados de selva y unidos el exterior por una serie de cordones umbilicales, es decir, cómo en la época prerromana y aún peor que en la inmediatamente anterior a Jovellanos.
Nuestro Gobierno actual no concretó nunca lo que pretendía hacer, habla etéreamente del territorio, del desequilibrio y del reto demográfico, pero no define las medidas a tomar. Quizá ello sea coherente con una estrategia de poder fundamentada en tener:
–Un núcleo fiel atado por los hilos del interés.
–Unos grupos intermedios, ligados por el sentimiento, el relato y las pequeñas prebendas, para pastorear a los rebaños.
–Una metodología fundamentada en la propaganda y el miedo, para conducir a estos por los caminos designados.
Hay que reconocer que el sistema funciona con éxito desde hace años, lo que explica la mencionada ambigüedad cuyo fin principal es crear un hilo dialéctico y no resolver los problemas.
Rompamos este círculo de perdición consistente en lamentarnos y anunciar la creación de organismos para ver qué hacer y después no hacer nada. Recordamos que hace unos meses hubo un clamor de quejas por la deficiente cobertura digital en la zona rural. Salvo en palabras, ¿cuánto hemos avanzado desde entonces? Nada: seguimos con las mismas dificultades que había para no solo el teletrabajo o crear una agricultura contemporánea, sino también para cosas tan simples como pagar con tarjeta de crédito en cualquier tienda.
En el resto de las infraestructuras y servicios la situación es similar, dado que se invierte lo mínimo. La decisión de cambiar una carretera de alta capacidad por un acondicionamiento en el valle del Navia, que hubiera sido uno de las grandes arterias vertebradoras del Noroeste Ibérico, demuestra no solo la idea de abandonar la Asturias rural, sino también la despreocupación por la cohesión del mencionado Noroeste.
No vamos a explayarnos en otros servicios, como el hospital de Jarrio, que no tiene médicos: todos son muestras de esa voluntad de abandono.
Por otra parte, lo poco que tiene (como sucedió recientemente con el IPLA de Villaviciosa) se lo quitamos para dárselo a la capital.
Coherente con esta estrategia, el señor Barbón nombró al mencionado 'comisionado', que, ya va para dos años, medita en su ermita y sale de ella solo para reuniones varias: no lo hace para suturar ya las venas abiertas por donde se desangra la Asturias rural. A estas alturas no se sabe aún si va hacia la innovación o se quiere recrear en Asturias una agricultura onírica. Tampoco conocemos siquiera algo tan general como si se va a intentar crear una nueva agricultura y una nueva industria agraria. Así como si se pretende implantar en el territorio una nueva vida dedicada a asuntos tales como la investigación y el desarrollo de negocios 'intangibles' ligados a la informática que recogen aspectos muy varios: ponemos por ejemplo desde el diseño hasta los videojuegos.
Creemos que ello es perfectamente viable incluso desde la vieja estrategia de don Gaspar. Al contemplar el hoy a su luz vemos a una Asturias con una dinámica muy parecida a la de la suya. El campo expulsa población porque ni extraemos de él valor añadido suficiente ni ideamos actividades nuevas. En consecuencia concluimos que hay que ordenar nuestro territorio, organizar nuestro suelo y, a la vez, dotarlo de unas infraestructuras que permitan que el 'espacio rural' sea soporte de actividades, no sólo agrícolas y de su industria, no solo turísticas y de residencia permanente para personas no activas, sino también soporte de las surgidas de la nueva revolución industrial. Algunas casi intangibles, porque las tecnologías de hoy permiten trabajar en red con compañeros muy lejanos: y el campo asturiano es el sitio ideal para, después de laborar, vivir en un ambiente maravilloso.
Tras intentar ser fieles a él, lleguemos a unas opiniones
–Que la presente situación es aparentemente obvia, nuestro agro está en decadencia y la población rural desciende, pero la realidad es más compleja: la detallamos empezando por lo común.
–Que hay una insuficiencia de tierras por el abandono de muchos que dejan las suyas estériles: y además hay despoblación. Todo ello dentro de una atmósfera de proliferación de leyes inútiles y perjudiciales, burocratizacion, ausencia de un pensamiento territorial, falta de infraestructuras de todo tipo, necesidad de servicios…..
–Que hoy la acción para cambiar debe ser bifronte pues, como dijimos, la mejora de la actividad agraria (cultivos agrícolas, ganaderos y forestales y su industria) y la actuación sobre el espacio rural son asuntos diferentes, tanto en cuanto a la problemática a analizar, como en cuanto a las acciones y políticas a emprender.
Desde ahí nos salen bastantes propuestas. Entre ellas, alguna como la cobertura digital son apremiantes, pues no se puede permanecer ni un minuto más sin dársela a todo el territorio.
Recordamos a nuestros señores dirigentes que para ser bien valorados no hay que explicar cómo se hacen las cosas, sino saber cómo hacerlas. Y hacerlas.
Si la estrategia es la de llegar a una Asturias contraída con menos habitantes y desconectada, tendemos un arco desde Jovellanos a doña Belén Esteban y decimos: No podemos permitirlo. Por Asturias, matamos.
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