Colegio Público Rey Pelayo, de vergüenza

Que, a estas alturas, desde la Consejería de Educación y el Ayuntamiento se tiren balones fuera y se echen mutuamente la culpa es una vergüenza. Máxime cuando anuncian que, como muy pronto, el CP Rey Pelayo no volverá a reabrir hasta el curso 2026/2027. Y es que, desde el gobierno municipal de la derecha se considera que los trabajos que hay que acometer para reforzar toda la estructura del colegio «no son compatibles con la presencia de niños en el entorno». De risa. Que hay niños en el entorno se sabe desde hace año y medio y no se ha hecho nada, más que esperar por la llegada de fondos europeos para acometer la obra. Pero tampoco sirven las explicaciones de la Consejería de educación en manos de los socialistas, que han tardado año y medio en licitar la sustitución del forjado de la planta baja. Por eso hay que denunciar la hipocresía de nuestros gobernantes. Se les ve el plumero en lo que respecta a su compromiso con la educación pública en nuestra ciudad. Porque, yo me pregunto. ¿qué ocurriría si en vez de un colegio público de un barrio estuviéramos hablando de un colegio concertado del centro de la ciudad? No hace falta elucubrar mucho. Un desgraciado accidente en el Colegio San Vicente de Paúl, que costó la vida a dos obreros, tuvo lugar en el mes de enero de 2022. Nueve meses después, la Consejería de Educación dio luz verde al regreso del alumnado a sus instalaciones originales, en la calle Caridad. Entonces se tardó nueve meses en reabrir un colegio. Ahora llevamos año y medio sin haber hecho nada. Una vergüenza.