Día Internacional del Libro
Una librería es un mágico bosque de estanterías en el que el tiempo no cuenta y en el que está toda la floresta de la ... bellísima lengua castellana. Suelo entrar en ellas despacio, como si entrase en una iglesia silenciosa, olorosa y en penumbra. ¡Cuánto se aprende en los libros! Por eso, desde aquellos primeros años del DDT y el Pulgarcito, del Catón, el Corazón y el Tercer Libro, siempre he procurado que me acompañe alguno. Los libros tienen un extraño poder. Son capaces de invitarte a vivir otras vidas o colaborar simplemente para que vivas la tuya con mayor hondura e intensidad.
Desde hace tiempo, los agoreros vienen diciendo que las nuevas tecnologías están liquidando el libro; y que cada vez se lee menos. ¿Seguro?... Podrán cambiar los soportes y las modas (tabletas, mini portátil, chromebooks, notebook...), pero esa llama que se esconde entre las páginas de un libro, y que incendió de fantasía la cabeza de D. Quijote, permanecerá siempre indómita.
Digo D. Quijote, y con él a su autor y creador Miguel de Cervantes (al que casi ya nadie lee), fallecido un 23 de abril de 1616; el mismo día que mueren Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Esa es la razón de que la Unesco haya declarado esa fecha como 'Día Internacional del Libro'. Y vuelvo a decir Miguel de Cervantes. Aquel cincuentón vestido de hidalgo, con gola, español de tanta España. Manco, irónico, perdedor de todas las batallas. Truhan y alcabalero. Escribano Mayor del reino: todo un Tercio de Flandes él solo, que repartió la hogaza real del castellano y la fue dando a medio mundo con su vino (Casi 600 millones de personas hablan castellano, siendo la segunda lengua materna del mundo).
Nadie debería tener deseos de entablar diálogos con quien haya escrito más que haya leído
¿Y cómo no recordar en este día a Ramón Álvarez Viña, Hijo Predilecto de Gozón (nacido en San Martín de Podes) y también Hijo Adoptivo de la Villa de Jovellanos? Ramón tuvo pasión por aquel «hidalgo de lanza en astillero, rocín flaco y galgo corredor». Y así, por esta razón, dejó en prenda a la ciudad de Gijón la colección cervantina más importante de España a través de la Fundación que lleva su nombre.
Borges decía que para que un libro sea libro de verdad, se requiere la aurora y el poniente, siglos, armas y mar. Puede ser cierto. En todo caso, y en el Día del Libro, es bueno recordar que nadie debería tener deseos de entablar diálogos con quien haya escrito más que haya leído.
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