Las crisis
La situación mundial condiciona cualquier política industrial que se ponga en marcha a nivel regional y local
No amaneció el día, este viernes, demasiado propicio para asistir a una jornada sobre crisis industriales o desindustrialización, cuando en el día anterior se había ... escrito en este país otra página infame sobre esa corrupción anclada hasta los tuétanos en las estructuras de los partidos políticos. En este caso, otro capítulo vergonzoso, deleznable, que afecta al PSOE, con la particularidad de que su máximo responsable es a la vez el presidente del Gobierno. Si el resultado final de este terremoto es «pedir disculpas», preparémonos para los nuevos espectáculos políticos que quedan por llegar hasta una nueva convocatoria de elecciones generales, si es que este ambiente soporta dos años más.
Pero el mismo viernes amaneció con otra noticia que confirma lo que para muchos no es más que la constatación del avance de una tercera guerra mundial larvada que amenaza a todo el planeta. Un ataque a gran escala de Israel contra objetivos militares y nucleares de Irán vino a sumarse al genocidio que el gobierno de Netanyahu inició contra el pueblo palestino en octubre de 2023, con el balance provisional de 55.207 muertos y 127.821 heridos.
Por parte de Teherán, el ataque se consideró «una declaración de guerra» y horas después sus misiles estallaban en el corazón de Tel Aviv. Con este panorama, uno se dejó llevar por el planteamiento de una jornada organizada por la Universidad de Oviedo en el Centro de Servicios Universitarios, bajo el sugestivo título de 'Encuentro para la reindustrialización de Avilés', en el que iban a participar invitados relevantes, encabezados por Paz Benito del Pozo, catedrática de Geografía Humana de la Universidad de León y experta investigadora de los espacios industriales y tecnológicos.
(Un inciso. La Universidad de Oviedo no se puede permitir el lujo de organizar una jornada como si fuera casi un acto clandestino. Un suelto en un periódico de Oviedo, sin horario, sin especificar si se trataba de un acto para alumnos o abierto al público en general –en mi caso recurrí a uno de los intervinientes para aclararlo– y sin más promoción que esa, provocó que en el salón de actos del CSU nos diéramos cita cuatro personas. Y no, no se trata de una forma de exageración discursiva. Quitando a las personas que intervinieron como ponentes y a sus asistentes, acudimos cuatro: uno, dos, tres y cuatro. Impropio de la Universidad de Oviedo).
Fue una jornada que seguramente hubiese ilustrado a muchas personas, con reflexiones e ideas muy interesantes de las que ayer ya informó ampliamente este periódico. Tanto Santiago Rodríguez Vega como Paz Benito del Pozo coincidieron en señalar que las crisis industriales son permanentes, lo mismo que la reindustrialización desde hace décadas, pendiente ahora de un nuevo marco estratégico global y de una situación geopolítica que amenaza con un horizonte ignoto.
El ataque de Israel a Irán provocó de inmediato, sólo en el ámbito económico, una subida de los precios del petróleo en un 8 por ciento, hasta situarse en los 75 dólares/barril. La posibilidad de que el conflicto se recrudezca y todo el Oriente Medio se convierta en un polvorín amenaza con una crisis de los precios del petróleo que en cuestión de horas se trasladará a los surtidores de las gasolineras, impulsando la inflación y sumándose al impacto que ya están teniendo los aranceles de Trump en la vida diaria. A lo que habrá que sumar el riesgo de que Irán cierre el estrecho de Ormuz, por donde circula el 21 por ciento del petróleo que se consume en el mundo. La subida espectacular de precios sería inmediata y sabemos bien cuáles son las consecuencias.
La crisis permanente. La misma que afecta a todos los territorios que como Asturias, y sobre todo Avilés, apuestan por la industria como eje de sus economías y de su progreso. Decisiones como los aranceles impuestos por Trump que directa o indirectamente están afectando ya al tejido industrial de Avilés: ArcelorMittal, Windar, Fertiberia y en general toda la industria manufacturera, aunque a alguien todo esto le pueda parecer algo exagerado.
Sabemos bien en nuestro territorio las consecuencias de la 'invasión china' en numerosos sectores. Bien, pues hay un último dato que se acaba de conocer a través de la Administración General de Aduanas de China (AGA) que nos indica que mientras las exportaciones chinas a Estados Unidos han sufrido una caída del 34,5 por ciento hasta el mes de mayo de este año, como consecuencia de los aranceles de Trump, la entrada de sus productos en Europa se ha incrementado un 12 por ciento de media, un 24% en Francia o un 21,5% en Alemania como países más perjudicados en productos textiles, químicos, metales básicos, maquinaria, plásticos y minerales no metálicos.
De poco sirve que Avilés haya protagonizado en los últimos años un proceso de reindustrialización que la propia Paz Benito del Pozo o Guillermo Ulacia –que intervino en la jornada del viernes por videoconferencia– valoraron de forma muy positiva, con un PIB de la industria por encima del 20 por ciento y con un gran avance en la innovación, si el juego geopolítico y los problemas y desafíos geoestratégicos a nivel global condicionan y afectan a las políticas nacionales y locales.
Y a partir de ahí, las consecuencias en negativo llegan hasta el núcleo familiar. Va a ser cierto que las crisis, y no sólo las industriales, son permanentes y no queda más remedio que tratar de afrontarlas de la mejor manera posible. En esta ciudad y en esta comarca sabemos bien de esa exigencia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.