Li-Lu, el Warren Buffett Chino
Su auge como un grande de las finanzas chino-americanas, tomando el relevo de Buffett y Munger, es algo más que unacasualidad, es más bien una causalidad. El futuro es Asia
Hay hechos en la vida que tienen más peso por su valor simbólico que por la importancia real del hecho en sí mismo. Un caso ... es el del poderoso magnate chino de las finanzas, Li-Lu, que parece llamado a ser el sucesor del mítico estadounidense Warren Buffett, el famoso 'Oráculo de Omaha'. En el fondo, simboliza el traspaso de poderes (económicos, políticos y culturales) entre Estados Unidos y China. Puede que el futuro más que de China sea de 'Chindia' (conjunto heterogéneo formado por China e India). Occidente, ojalá me equivoque, y sobre todo Europa, van a pintar muy poco dentro de unas décadas.
Una breve semblanza de Li-Lu indica que nació en 1966. Sus inicios ya parecían mostrar que estaba predestinado para hacer algo grande en la vida, ya que nació en Tangshan y sobrevivió al terremoto devastador que allí hubo cuando tenía 10 años. Li-Lu dijo alguna vez que después de vivir esa experiencia siempre tuvo claro que «no había venido a la vida para estar de paso, vegetando». En 1989 participó en la revuelta de Tiananmen, en la cual los manifestantes fueron masacrados, aunque él también se salvó. Pero presenciar aquello le iluminó la lámpara y puso rumbo a Estados Unidos en busca de libertad, huyendo de un régimen tiránico. Al llegar allí dedicó un tiempo a dominar perfectamente el inglés, antes de intentar adquirir otros conocimientos. Hombre polifacético, tiene licenciaturas en Física, Economía y Derecho.
Li-Lu siempre dice que considera que tiene cuatro carreras. La cuarta y principal sería haber conocido al icono inversor Warren Buffett y a su mano derecha Charlie Munger. Ambos son todo un manual de inversión en finanzas y de sentido común. Curiosamente, Buffett tiene 93 años y Munger 99. (Dos mentes privilegiadas, pero es sintomático que no haya habido recambio cuando están al pie del cañón cercanos a ser centenarios). A Buffett lo conoció en 1993 en la Universidad de Columbia en una conferencia, la cual Li-Lu definió como «clara, concisa y convincente». A partir de ahí, fundó Himalaya Capital Management, entidad gestora de inversiones que sigue la misma política que Buffett, es decir, invertir a largo plazo en 'values', empresas de valor bien gestionadas. La rentabilidad conseguida en dicho fondo es espectacular, ya que durante los últimos 25 años consiguió superar el 30% de media anual. Recientemente, Himalaya sólo invertía en seis empresas: Bank Of America, East West Bancorp, Micron Technology, Apple, Alphabet (Google) y Berkshire Hathaway (entidad del propio Buffett).
Comprometido con temas sociales, Li-Lu tiene una larga trayectoria filantrópica a través de entidades como la Asian American Foundation, que trata de prestar ayuda a millones de asiáticos americanos. No obstante, Li-Lu es un hombre discreto, poco dado a las excentricidades y está en las antípodas de gente como Donald Trump. Precisamente, el perfil de los dos candidatos que tiene Estados Unidos ahora mismo, Biden y Trump ,indica cómo está el país.
Y dentro de la admiración que Li-Lu siente por el dúo nonagenario Buffett-Munger, difundió en China el célebre texto de Charles Munger 'Poor Charlie's Almanack. The Wit and Wisdom of Charles Munger' ('El almanaque del pobre Charlie. El ingenio y la sabiduría de Charles Munger). Dicho 'almanaque' es un compendio de reflexiones del astuto y sabio Munger, en el cual defiende la formación intelectual amplia, no sólo especializada, ya que «ver la vida sólo a través de un agujero nunca permite una visión amplia y real, y tener un único martillo para resolver cualquier tipo de problema no es la mejor manera de andar por la vida».
El auge de Li-Lu como un grande de las finanzas chino-americanas, tomando el relevo de Buffett y Munger, es algo más que una casualidad, es más bien una causalidad. El futuro es Asia. Otro icono inversor, el veterano Jim Rogers, se ha establecido en el sudeste asiático ya que dice que «quiero para mis hijas el futuro, no el pasado decadente».
Todo imperio tiene un ciclo de vida, así sucedió con el Imperio Romano y con todos los que hubo a lo largo de la historia. Y ahora, el imperio de la civilización occidental da sobradas muestras de decadencia profunda y de agotamiento de modelo. Hay infinidad de 'detalles' que apoyan el declive alarmante, como la manifestación que tuvo lugar hace días en Berlín, en la cual más de un millar de 'seres humanos' reclaman sentirse perros, la bajísima natalidad, la desestructuración de la familia, que fue el pilar sobre el que se construyó dicho imperio durante muchísimas décadas; la profunda y alarmante pérdida de libertad que estamos viviendo a manos de un talibanismo radical de nuevo cuño, que impone el burka en la mente en lugar de en la cara como en Afganistán... Otro dato elocuente es el nivel bajísimo de la clase política en muchos países, con ejemplos bien cercanos. La clase política no cae del espacio, sino que sale de la sociedad, es decir, es reflejo de lo que somos. Cuando el Imperio Romano se autodestruyó y fragmentó quedando sólo el imperio romano oriental, con sede en Constantinopla (actual Estambul), Europa Occidental entró en siglos de oscuridad e ignorancia hasta la llegada del Renacimiento.
Antes, en ese Imperio Romano, desfilaron por el poder personajes como Calígula o Nerón y otros muchos incompetentes. El trabajo estaba mal visto y la burocracia y la descentralización eran adoradas. Cuando llegaron los bárbaros lo tuvieron fácil, porque los auténticos bárbaros ya estaban dentro. No digo más.
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