El Nobel de Economía de Claudia Goldin
Estadounidense de 77 años, vinculada a Harvard, es la tercera mujer que obtiene el galardón y está especializada en el papel femenino en el mundo laboral
La quiniela de favoritos para el Premio Nobel de Economía falló y ninguno del quinteto estelar de aspirantes (Edward Glaeser, Thomas Piketty, Emmanuel Saez, Gabriel ... Zucman y Raj Chetty) consiguió el premio de once millones de coronas suecas, casi un millón de euros, siendo la afortunada elegida la economista neoyorquina de 77 años Claudia Goldin.
La economía no formaba parte de las áreas que originalmente recibían el Premio Nobel, y fue en el año 1968 cuando el Banco Central de Suecia decidió efectuar una asignación anual a la Fundación Nobel para que la economía tuviese su propio galardón. Así, a partir del año 1969 comenzó la andadura del Premio Nobel de Economía, siendo Frisch y Timbergen los primeros afortunados. Una visita al Museo Nobel de Estocolmo nos recuerda la lista de ilustres economistas laureados con el premio, destacando nombres icónicos como Samuelson, Arrow, Hicks, Friedman, Simon, Tobin, Modigliani, Nash, Akerlof, Kahneman, Kydland, Aumann, Krugman, Shiller y el ganador de la edición anterior, Ben Bernanke.
Dado que hubo años en los cuales el premio fue compartido por varios economistas, con Goldin son ya 93 los premiados, sumando 54 los de origen norteamericano, siendo un premio de marcado carácter anglosajón. De hecho, nunca hubo un distinguido que fuese español o de América Latina. La vencedora de este año, Claudia Goldin, se convierte en la tercera mujer que consigue tal logro, después de la también norteamericana Olstrom, en 2009, y la francesa Duflo, en 2019, y su vinculación con Harvard convierte a dicha universidad en la más laureada en cuanto al Nobel de Economía.
Sin pretender restar méritos a Claudia Goldin, desde hace tiempo se tiene la sensación de que la concesión de tal galardón responde, sobre todo, a la idea de premiar una línea de estudios o investigaciones. Es decir, primero se hace el traje y luego se busca a la persona que encaje en el traje. El 'traje' que se quiso premiar este año responde a la alta sensibilidad social actual en cuanto al papel de la mujer en el mundo laboral, la brecha de género, etc.
Claudia Goldin realizó estudios e investigaciones con las que concluyó que la igualdad en el ámbito laboral no se conseguía más rápidamente en los tiempos de progreso económico, sino que había seguido una forma de 'U', dando un gran salto al convertirse Occidente en una sociedad de servicios, siendo determinantes las decisiones que toma la mujer a la hora de formarse para poder luego desarrollar una carrera profesional. Sus conclusiones tienen aplicación, sobre todo, en los países subdesarrollados, donde el papel de la mujer en el campo universitario y formativo es menor. En cambio, en Occidente, que es donde hay mayor reivindicación, hace mucho tiempo ya que no hay diferencia a la hora de realizar estudios universitarios. Incluso se omite que, por razones biológicas, los hombres tienen un desarrollo evolutivo más tardío que la mujer, con lo cual afrontan decisiones trascendentales, como sus estudios universitarios, en un momento en el que tienen menor madurez y, consecuentemente, están en desventaja.
Goldin afirma que la desigualdad laboral es reflejo de la desigualdad en la pareja (en tareas domésticas, en horas dedicadas al cuidado de los hijos, etc.) y sostiene que la planificación a la hora de tener descendencia, mediante métodos anticonceptivos, supuso un gran paso para la mujer a la hora de conseguir oportunidades laborales del mismo nivel que los hombres.
La distinción recibida por Claudia Goldin responde al hecho de que en Occidente se priorizan las cuestiones sociales para acabar con la pobreza y con la injusticia social, mientras que en Chindia (China+India) se centran en producir y generar riqueza. El tiempo pondrá a cada sociedad en su sitio.
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