1 de julio
Si alguien llegó a pensar que la entronización de Teresa Mallada al frente del reino del PP astur iba a suponer un punto de inflexión ... positivo en la guerra permanente en la que navega el partido desde tiempo inmemorial, está claro que se equivocó. Quizás no hubiera muchos que defendieran esa tesis, pero alguno hubo. Ahora ya, ni los más optimistas
Para muestra ilustrativa, el caso de Gijón, ejemplo de libro de lo que no debe de ser una organización que se precie y que, además, busque el aval de un imprescindible apoyo popular para sobrevivir. Difícil es encontrar en los últimos tiempos tan solo un trimestre en el que el PP local no esté envuelto en trifulcas, acusaciones, intrigas y demás zarandajas en los que todos aseguran tener la razón y, al final, entre todos lo mataron.
El último capítulo, por ahora, sitúa en una complicada tesitura a Mariano Marín, presidente local del partido en prórroga desde hace dos años, reputado 'cherinista' y al que la nueva presidenta regional quiere sacar del tablero, pero sin que siquiera se escuche la pieza al caer sobre la madera. Lo primero fue minar el campo y renovar con los suyos la junta local del partido. Vamos, dejar al presidente en minoría. No sirvió. Luego, acudir a Génova. Tampoco. En Madrid piden calma y ni hablar de crisis públicas. La última carta para forzar el 'desahucio' fue un claro mensaje: o pones a trabajar el partido o dimite.
Mariano Marín no quiere irse, al menos no sin un congreso local, que no llegará antes de un año. Una eternidad en política. Ahora se anuncia la creación de comisiones de trabajo. Ardua tarea la de Trinidad Rodríguez para contar y contentar a todos. De todas formas, es conocida la utilidad de ese gesto para que nada cambie, máxime cuando en el grupo municipal del PP local, cada vez más exiguo, se funciona desde hace dos años por libre y al margen del partido. Marín seguirá.
Su marcha dejaría la puerta abierta al secretario general y más que probable cabeza de lista a las próximas elecciones locales, el malladista Pablo González. Eso nunca y menos dejar el 'aparato' en manos enemigas en tiempos de precongreso. Pero siempre hay detalles a tener en cuenta. En los mentideros del partido cobra fuerza el nombre de Secundino González García, expresidente del Santa Olaya, como posible opción de Mallada para la presidencia local. La inclusión de 'Cuno' en la directiva regional y su reconocida buena gestión en el club fabril de El Natahoyo lo avalan. Quién sabe. Igual hay que esperar al 1 de julio próximo cuando Mariano Marín accederá a la presidencia del Club Rotario de Gijón. ¿Será el momento de dejar la batuta del PP? Imposible ir más allá en el vaticinio de lo que puede pasar en un partido dividido en siete familias, o más, nada bien avenidas, y con unos máximos responsables públicos que ni siquiera tienen llave de la sede de Alvarez Garaya. El que quiera entrar que toque el timbre, pero, ya se sabe, antes mejor dejar salir.
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