Llegan las prisas para no descolgarse

La plantilla es demasiado corta. Se tiene asumido en el vestuario por parte de los propios 'artistas' y en el cuerpo técnico. Albés se cansó de decir que necesitaba un extremo y después de la lesión de Bernal pidió un refuerzo para el centro del campo.

Lo del extremo parece razonable, porque Gaspar no está a su nivel y no hay sustitutos de garantías. El traslado de Otero al eje del ataque, cuando siempre fue un buen extremo, se debe a que no hay delanteros en los que el míster vea una calidad mínima. La confianza del entrenador en Caicedo está a la vista. De los que no juegan, Albés sólo es injusto con Oyón. El 'guaje' merece algo más.

Sería más lógico dejar a Otero en la banda y traer un delantero centro, pero para buscarlo es preciso tener un control del mercado y Gerardo García y Villaseñor no lo tienen, no saben o pintan muy poco. Les quedan once días de mercado de invierno.

David Guerra, como presidente ejecutivo, dijo a los aficionados en la nueva peña de Cornellana que asume la exigencia del sportinguismo, pide confianza en la gestión del club y que no hagan caso del 'ruido'. Quizá se refiera a estas misivas de inconformismo con los resultados de la labor realizada por la cúpula del club, que no da muestras de contar con verdaderos profesionales del fútbol.

Como orador, Guerra es extraordinario, pero la realidad es que el Sporting tiene un equipo limitado que necesita refuerzos, que van a elegir los mismos que trajeron a Maras y Kevin de relleno el último día, a Caicedo, Jeraldino y una lista larga de mediocridades. Basta analizar que los dos directores deportivos no tienen más alternativa en el mercado de invierno que Nico Serrano y Dotor. ¿Se preguntaron por qué el centrocampista madrileño no juega en el Oviedo? Sería conveniente que se informen antes de cerrar la cesión del Celta.

El capítulo de lesiones en el Sporting es otro inconveniente para Albés. Hay demasiados problemas musculares. El valenciano Pablo Gómez, preparador físico, y Odin Vite, médico que sigue sin tener el título homologado en España, quedan en el punto de mira. Desde la cúpula se elogió que tras haber nivelado el césped de El Molinón iban a reducirse las lesiones. Tan chiste es la presunción de haber allanado el campo, como anunciar un descenso en el número de lesiones. Les ha caído un buen zasca.

Lo conveniente es hablar menos y actuar más. Hacen falta refuerzos, porque en verano no se hicieron correctamente los deberes. Dice Guerra que están en ello, pero no se nota.

Y ahora hay prisas, empezando por la necesidad de ganar en Granada para no descolgarse.