Descifrando el aliento del miedo
Nada se parece más al presente que el pasado, solía recordar Borges y en su primera ficción deliberada Roberto Minervini invita elegantemente a reflexionar sobre ... ello. Un grupo de hombres armados (soldados del norte de la guerra de Secesión) se enfrenta a un enemigo fantasmal y acechante en cualquier recodo de un terreno inhóspito por el que avanzan en una misión sin objetivos claros: unos motivados por un estímulo patriótico, moral o religioso, otros por la voluntad de sobrevivir. Alimentan su valor probando armas, entrenándose en el cuerpo a cuerpo, rezando o convirtiendo su tensa espera en ocio cotidiano. Desde luego estos héroes voluntarios o reenganchados de las derrotas vitales, no parecen distintos a los paramilitares que asaltaron el Capitolio en enero del 21 y que han visto en Trump el líder ungido por el cielo para salvar a América.
Es una de las lecturas sugeridas por 'Los malditos', otra igual de enjundiosa, la propia forma de atípico western o filme de guerra, añade una nueva capa al apuntar hacia la vocación ideológica de ambos géneros en la forja del monstruo. Minervini suscita esa reflexión, pero a la vez construye un delicioso espacio en el que mientras pensamos nos dejamos llevar por una historia plena de verdad, como las palabras y gestos de sus actores no profesionales, el sonido seco del disparo, un paso hundido en la nieve o el aliento del miedo que tanto explica.
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