Exquisitamente eterna

La presencia de la actriz Meryl Streep en las pantallas de cine es un fenómeno atemporal, su imagen y su voz nos acompañan suspendidas en ... el tiempo desde finales de los años 70. A lo largo de casi cinco décadas dedicadas al cine, se ha convertido en una de las leyendas vivas de Hollywood. No hay proyecto en el que la actriz no pueda encajar ni acento que sea incapaz de adoptar para dar vida a sus personajes. El reconocimiento con el galardón otorgado por la Fundación Princesa de Asturias nos ofrece una maravillosa oportunidad para revisar y, en algunos casos, redescubrir la formidable trayectoria de la tres veces ganadora del premio Óscar y candidata en 21 ocasiones, lo que supone todo un récord. Echando la vista atrás, nos podemos hallar frente a títulos como 'Julia' (1977), en el que su director, Fred Zinnemann, quiso que Meryl encarnase al personaje que da título a la película. Debido a que la actriz era una total desconocida, hubo un cambio en el reparto y se quedó con un papel menor en su debut en el cine. Al año siguiente, en plena ebullición del nuevo Hollywood, llegaría 'El cazador', de Michale Cimino (1978), junto a su pareja de entonces, el actor John Cazale. Una perturbadora película que supuso su primera candidatura al Premio Oscar como mejor actriz de reparto. El evidente magnetismo que Streep transmite a través de la cámara, los leves gestos de su rostro, sus movimientos en la escena y, sobre todo, el prodigioso manejo que tiene de su voz, hacen que cualquiera de sus interpretaciones eleve una película por encima de la media. Da igual que sea un intenso drama, un musical veraniego o una comedia fantasiosa. Ella siempre está, y se mantendrá, exquisitamente eterna.