Plan de choque
Asturias debe abordar con mucho más que cortafuegos la amenaza que ahora suponen los incendios en sus montes
El Consejo de Gobierno del Principado, reunido en Tineo, aprobó las líneas maestras de un plan de choque contra los incendios que contempla ayudas directas ... para los propietarios de terrenos calcinados y para los ayuntamientos afectados, así como subvenciones del 100% para las tareas de reforestación. El plan supone un salto cualitativo, ya que por primera vez el Principado compensa a los particulares por las pérdidas en su montes a causa del fuego. Hasta ahora, las subvenciones se destinaban sólo para las tareas de reforestación. Según estimaciones provisionales los incendios devastaron 32.000 hectáreas, 12.000 de ellas arboladas. El Principado va a subvencionar con una cuantía que oscila entre los 500 y 1.200 euros cada hectárea quemada, en función del valor del terreno, el tipo de árboles, etc. La tarea más urgente es la tramitación de los permisos de corta en los montes privados para recuperar la madera que aún es aprovechable.
La prevención de los incendios va a requerir de cambios normativos, como la anunciada reforma de la Ley de Montes, que se pasará a llamar Ley de Montes y Prevención de Incendios Forestales. El Plan Forestal que se va a redactar queda en función de los cambios que se introduzcan en la reforma de la Ley de Montes. En la prevención de siniestros es preciso regular la distancia entre poblaciones y masas forestales. Hay más de 30.000 viviendas que están a menos de cien metros del bosque. Al igual que hay un mapa de zonas inundables, también se deben cartografiar los inmuebles enclavados en zonas de riesgo de incendios. El Principado va a impulsar políticas de autoprotección en los pueblos, mejorando las infraestructuras de extinción, que incluye las bocas de agua y, también, la revisión y mejora de los cortafuegos. El modelo a seguir es el de Muniellos, con una protección muy reforzada y la población implicada.
Para financiar la reforestación el Principado pensaba ofrecer 4 millones a los particulares, pero amplió el fondo hasta los 5,5 millones, mientras que los ayuntamientos cuentan con una partida de 850.000 euros. A todo ello hay que añadir el dinero procedente del Ministerio de la Transición Ecológica para la reforestación, así como los recursos derivados de la declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil.
El plan de choque es la respuesta del Gobierno regional al destrozo producido por los incendios e incorpora las propuestas ante futuras eventualidades. El problema es complejo y tiene muchas vertientes. Los fuegos acabaron con el 5% de la superficie arbolada, cuando los incendios anteriores no pasaban del 2%. La Consejería de Medio Rural quiere reforestar con plantaciones de especies autóctonas. Propone llegar a acuerdos sobre qué se va a plantar en cada ayuntamiento, entre la corporación municipal y los vecinos. Esperemos que sea posible. El Principado estima en mil euros el coste de limpiar una hectárea de monte, así que limpiar toda la superficie forestal costaría 800 millones de euros. Si se hace cada dos años, la limpieza tendría un coste anual de 400 millones. Casi tanto como todo el presupuesto del Principado en servicios sociales ¿Es sostenible un gasto anual tan elevado? Un asunto a resolver. Otra cuestión de gran importancia para mitigar los incendios es el aumento del ganado caprino. En esta ocasión El Valledor se libró de las llamas porque pasta en él un rebaño de 800 cabras. Es una excepción porque hace más de sesenta años que en la Asturias rural se trabaja mayoritariamente con ganado vacuno. Hay una cuestión de fondo que incide en la problemática de los incendios, que es el tratamiento a las zonas rurales fronterizas con los asentamientos urbanos. Hay que darles una función, como la tenían en el pasado, al abastecer de alimentos a las poblaciones. Se trata de lograr un espacio de transición entre las masas forestales y las urbes, que esté habitado y trabajado. Algo más que un cortafuegos.
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