Una posible solución transaccional para la estación
En los pasados días tuvimos conocimiento del acuerdo de las tres administraciones implicadas por el que decidieron situar en Moreda la nueva estación ferroviaria de ... Gijón. Con ello han cerrado provisionalmente un largo proceso cuya historia sintetizamos brevemente.
En el año 2002 el Gobierno de España, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón crearon la sociedad Gijón al Norte para desarrollar el proyecto de supresión de la barrera ferroviaria en el área urbana. Se hacía de una manera planificada rigurosamente ya que, desde un punto anterior a la antigua estación de Jovellanos se continuaba en subterráneo hasta El Molinón-Viesques. Por eso se construyó el túnel. Por eso se proyectaron las estaciones de Jovellanos, El Humedal, Centro y de El Molinón-Viesques,
Además el metrotrén no se concibió para uso exclusivo de Gijón: era de toda Asturias, por ello se previeron nuevas instalaciones y estaciones, por ejemplo en Oviedo y Avilés, un intercambiador en Llanera y, para favorecer la intermodalidad, una serie de aparcamientos distribuidos por todas partes.
En 2005 las tres autoridades que incidían sobre Gijón, todas bajo el mismo control político, anularon el convenio firmado en 2002 para abrir el melón de Moreda que tuvo benéficos efectos urbanísticos para algunos y disolvió la visión global de las Cercanías de Asturias. Se abandonó el metrotrén a punto de terminarse, no se continuó hasta Cabueñes, la tuneladora se marchó y, desde entonces, se transformó el hacer, en barajar papeles.
En 2011 se inaugura la estación provisional de Sanz Crespo que trae en 2014 la demolición de la de El Humedal. Consecuencia: pérdida continua de viajeros año tras año hasta quedar reducido su número en la actualidad, a una insignificancia.
En 2019, después de una movilización popular bajo el lema 'Gijón se mueve para no perder el tren' se ratifica, con el consenso social y político, el nuevo Convenio de Gijón al Norte con la estación en el Museo y el compromiso de las administraciones de movilizar 814 millones: 500 en el plan de vías y el resto en el metrotrén hasta Cabueñes.
En 2020 el Gobierno municipal, coherente con sus antiguos intereses, decide romper, como en 2005, lo firmado y reubicar la estación nuevamente en Moreda
Ahora en 2021, el MITMA propone convertir la Estación Provisional en definitiva con la conformidad de Gijón y del Principado y mantener la prolongación del metrotrén hasta Cabueñes.
Ello ha dado lugar a que el debate sobre la estación vuelva a reabrirse pues las otras partes que consensuaron en 2019, no han aceptado la imposición unilateral.
Los defensores de la nueva solución la fundamentan en una razón muy poderosa en estos tiempos de crisis: consiste en minimizar el coste de la obra y el maximizar el beneficio con la venta de los terrenos liberados del ferrocarril, algo ya previsto en 2005 y que dio lugar al 'Plan Junquera', que permitía añadir a los beneficios urbanísticos generales de la zona de Moreda. El 'pelotazo' derivado de las cinco torres de hasta 27 alturas y del centro comercial acristalado en El Humedal, inventadas con el PERI de 2008. Se vuelve a una decisión, inaudita a nivel europeo, y no sorprendente en la reciente y pasada España, de los días de ladrillo y lujos.
Otros, como la estación será la entrada de Gijón para los próximos cien años, la queremos en El Humedal porque creemos que en Gijón, como en todaslas ciudades europeas de tipo medio, debe primar la centralidad y que el centro siempre es el de la ciudad completa, no el de una parte, así como que en Gijón, este coincide con el histórico y no con el centro de gravedad de las zonas por donde discurren las actuales vías (en nuestra villa desde La Algodonera a El Humedal) porque Gijón es también la ciudad que hay al este del ferrocarril.
Por otra parte consideramos que la movilidad es esencial para el futuro de Asturias y que un exceso de egoísmo puede arruinarla al desviar el tráfico a otros modos. Ello convertiría a Gijón en una galaxia de barrios descoyuntados y al área metropolitana asturiana en una desarticulada sucesión de aislados pueblos, en la que se habrían fulminado las relaciones creadas desde hace muchos años.
Aplaudimos el ahorro en todo a corto plazo, pero sin olvidar que la prioridad es maximizar el beneficio público global. Llevada al extremo la voluntad de ahorro de los que construyen el ferrocarril sobre nuestros intereses, Asturias terminará con una estación término en Pola de Lena, unida por los trenes lanzadera con las diversas ciudades del áreacentral. La escasa inversión anunciada estos días para el tramo Gijón-Pola de Lena, sin reacción alguna de nuestros gobernantes asturianos, puede ser otra señal de ese propósito. A nuestro juicio, en estos asuntos ni la prisa coyuntural ni las diferencias cuantitativas de dinero son el factor esencial a considerar en las decisiones a largo plazo. Lo es, en cambio, reflexionar, tanto sobre el porvenir de nuestra ciudad como sobre el de Asturias
La síntesis de lo dicho es que existe una polémica que puede ser estéril y eterna, pues aunque se impusiese por la fuerza y a corto plazo una solución, dado que las obras no van a empezar antes de dos años, ella se reabrirá en cualquier momento, pues los trágalas nunca funcionaron en ningún lado: hasta las dictaduras eternas mueren, la historia lo dice.
Puestas así las cosas proponemos una solución transaccional que fundamentamos en una de las primeras lecciones que aprendimos como ingenieros y que es que en la concepción de las grandes obras nunca se puede regatear. La razón es sencilla: un mal trazado no tiene arreglo. Por el contrario, lo bien diseñado e inacabado puede completarse más tarde.
Queremos hacer notar que, salvo lo que afecta a la estación, todo se puede hacer igual que lo que se ha anunciado y, por ello, matizamos que partimos de la creencia de que la promesa de poner en servicio el metrotrén no es un engaño.
Nuestro planteamiento ahorra el gasto a corto plazo y no hipoteca a Gijón para los próximos cien años. Aunque es a cambio de tener durante un tiempo indeterminado un apeadero en lugar de una estación similar a la que tienen otras ciudades como la nuestra, lo que consideramos únicamente una cuestión de comodidad pues el tren llega igual a un sitio que a otro.
Ello no significaría gasto adicional alguno (por el contrario, sería un ahorro) pues, si se cumple lo prometido, las vías siempre tendrán que pasar por El Humedal: el coste del apeadero será mínimo.
Por eso sugerimos que se haga la estación en El Humedal aunque sea al nivel mínimo de hacer un apeadero, con vías para trenes de ambos anchos, andenes mínimos y servicios higiénicos sin lujo alguno y una única salida.
Con ello lograríamos lo fundamental, una estación céntrica pues tenemos la obligación de dejar a los que nos sucedan una ciudad mejor que la que nos dejaron a nosotros. Lo contrario es destruir la ciudad y su armonía y en consecuencia, la convivencia de sus ciudadanos.
Lo demás ya se haría más tarde pues estamos seguros de que se hará.
Con esta alternativa se respetaría la austeridad de ADIF, aunque desaparecería el negocio inmobiliario.Creemos que para Gijón y para los gijoneses, de ahora y del futuro, sería un buen negocio.
Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos y Avelino Acero Díaz son presidente y vicepresidente de la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias.
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