Mujica: la política minúscula... es mayúscula

Pero quizá se confunda eficacia con inmediatez. El cambio social opera también mediante elementos no visibles, como pasa con la huella que dejan los referentes: la maestra de tu niñez, el amigo que acompaña tu vida, el pensador que cambió tu mundo... Algo así ocurre con Pepe Mujica; nada espectacular hizo, poco cambió en su ciclo vital, vivió incoherencias y contradicciones… pero ha dejado huella en mucha gente de generaciones diversas, lugares distintos y distantes desde su mini país, casa humilde, gesto discreto, discurso directo, mirada abierta y sentido común. La historia muestra que, a veces, el presente minúsculo resulta mayúsculo con perspectiva.

Con él aprendimos que es posible –y saludable– pedir perdón por el error, gobernar y vivir con sencillez, hacer vida normal sin volverla marketing, decir lo que piensas creyendo lo que dices sin ofender, hacer de abuelo sin necesidad de 'coleguear' con el nieto o venderse al aplauso, presidir un país y plantar tomates, irse ligero de equipaje, decir adiós (no hasta luego como las momias 'okupas' del Olimpo) y defender, más allá de lo inmediato y populista, el papel pedagógico de la política. A veces la victoria tarda en llegar, florece con tiempo, insistencia y paciencia ¡Descanse en paz, quien tanto la invocó!