El brazo tonto de la cooficialidad
Como dijo el poeta, voy contra mi interés al confesarlo, en este caso al escribir esta columna. Además, me es incómodo criticar los programas de ... mano de la OSPA. Entre otras razones, porque desde hace más de treinta años estoy colaborando con las notas a los programas de la orquesta. Muy mal no he debido hacerlo, cuando algunas notas sobre Julián Orbón, Manuel Avello o Leoncio Diéguez, autores vinculados a Asturias, han sido el germen de otras publicaciones. Pues bien, metámonos en harina y hagamos amigos.
Hace un par de años que la Consejería de Cultura, del Principado ha impuesto en los programas de la OSPA junto a la 'fala foriata', es decir el español o castellano que en Asturias hablamos todos, y la 'fala llariega', la variante central del bable que de una forma espontánea y natural casi nadie habla. Los designios de cómo gasta el dinero la Consejería son inescrutables. Al principio se apilaban los programas en castellano, por un lado, y en bable, por otro. Luego se pasó al mismo folleto en las dos lenguas. En una página se ponía, por ejemplo, 'El Cuarteto ampliado'. En otra, por si no estaban las cosas claras, 'El cuartetu ampliáu'. En una cara 'Adagio para cuerdas' y en la otra, 'Adagio para cuerdes'. Más variación había en la página 'Próximo programa de abono', traducido por 'Programa d'abonu viniente'. En contrapartida, las páginas de las notas al programa, han pasado de cuatro, a media. Meta usted en media página un comentario al 'Doble' de Brahms o la 'Quinta' de Mahler, las obras que inaugurarán el jueves la temporada de la OSPA en el Jovellanos. Lo peor de este ensayo de la oficialidad de la OSPA no es que nos divida, sino que nos empobrece.
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