Cascos y las advertencias de Satanás

Álvarez-Cascos, más allá de algunos caprichos irritantes y algunos cambios de opinión bruscos, recordemos que en los ochenta del pasado siglo era el adalid contra la Ley del Divorcio, amaba a Asturias. Primera advertencia de Satanás a Cascos: No quieres el divorcio, pero bien que lo utilizarás. Sigamos, Cascos, como hemos apuntado, quiere lo mejor para su tierra natal. He sido testigo de cosas pequeñas como la concesión de la Medalla de Alfonso X a Paco Vizoso, o la Corbata del mismo Rey al Instituto Jovellanos, de Gijón, en los que la intercesión del entonces superministro, allanó las dificultades al ser peticiones de la ciudad en la que nació. Y, precisamente, por este gran amor a Gijón, ideó el proyecto visionario de un túnel –segunda advertencia de Satanás– que iba a ser la guinda del metrotrén y hoy es una incógnita hacia el futuro.

Probablemente Cascos, como gerifalte del PP, se alegró de la buena estrella de Sergio Marqués al conseguir que el PP gobernase en Asturias en 1995. Ya sabemos cómo acabó aquella aventura, tercera advertencia, en la que él influyó para quebrar el partido popular en Asturias y perder el Gobierno. La cuarta advertencia es, tras conseguir lo difícil, la Presidencia del Principado tras ganar unas elecciones en el año 2011, perderla por error de cálculo un año después.

La quinta advertencia la estamos viendo en vivo, en directo y en sede judicial, estos días. Sea cual sea el resultado del caso Álvarez-Cascos, en el que él es víctima de su carácter, y a pesar de estar advertido por Satanás, es muy triste.